
“Bueno es que tomes esto, y también de aquello no apartes tu mano; porque aquel que a Dios teme, saldrá bien en todo” Eclesiastés 7:18
En estos días de tantos afanes y tantas probabilidades por las cuales optar, bueno es que tomes decisiones por muchas cosas u actividades y también de Aquello no apartes tu mano, es como si sólo dispusiéramos de una mano porque la otra está constantemente ocupada, pero, ¿qué tiene que ver esto con nosotros? ¿A qué hace referencia el Señor con esto?
Bueno el mundo cada día se hace más convulsionado, y por estos tiempos aún mucho más, son muchas las responsabilidades, muchas necesidades impuestas, muchas las alternativas de entretenimiento… en fin, tenemos mucho que tomar, pero Dios nos recuerda que hay una mano que ya está ocupada, esto quiere decir que hay una parte de nuestro tiempo, de nuestros recursos, de nuestras fuerzas que no podemos comprometer con nadie más porque es la que le pertenece a Él, de esto depende que en todo lo demás nos vaya bien.
No puedes comprometer el tiempo de Dios con nadie más, es de Dios; no puedes comprometer todas tus fuerzas y no reservar nada para Dios; pero, ¿que estamos haciendo? ¿No es cierto que soltamos a Dios para poder agarrar más? Dejamos de congregarnos para cultivar en el tiempo de Dios otras relaciones, dejamos de leer y estudiar la Palabra de Dios para tener el entretenimiento que por nuestras responsabilidades no pudimos tener, y así sucesivamente, mis hermanos no soltemos a Dios, no releguemos a Dios del primer lugar, de ello depende todo lo demás, usted puede esforzarse de manera sobrehumana, pero si Dios no es prioridad en su vida de nada sirve lo que hace, simplemente está desperdiciando su fuerza. Vivamos la vida en el orden que corresponde, Dios es primero, sin importar que quedemos mal con cualquier otra persona Dios es primero, no podemos reemplazarlo, no podemos relegarlo, esforcémonos por vivir de este modo y veremos cómo cambia lo que somos, hacemos y tenemos.
Oración: Bendito Padre celestial te alabo en esta mañana porque sólo tú eres digno de recibir alabanza y gloria, Señor conoces mejor que nadie mi vida, mis anhelos, mis sueños, todo lo que soy, Señor perdona porque he pecado contra ti al disponer de lo que es tuyo y ponerlo al servicio y honra de cualquier persona, incluso de mí mismo. Señor yo quiero ser fiel a ti, honrarte como tu pides ser honrado, dame fuerzas para hacerlo sin importar lo que piensen o digan los hombres. Amén
Añadir comentario
Comentarios