Nada es más importante que esto

“Es necesario que Él crezca, pero que yo mengüe” Juan 3:30

Cuando Juan el Bautista hizo esta hermosa declaración en el texto anterior sobre la prominencia pública del Hijo eclipsando la suya, ¡completó su gozo! ¡Su satisfacción fue plena! Y sabemos que esto sólo fue  posible  porque  en el lugar secreto, donde nadie más veía, el Espíritu Santo lo disciplinó hasta que ya no confió ni actuó en ningún impulso egoístamente ambicioso y los deseos de su corazón se alinearon con los de Dios… este debería ser nuestro deseo también, Cristo debe crecer y nosotros debemos disminuir, Su gloria manifestada en nuestro carácter esa debe ser nuestra meta, nuestro deseo supremo, NADA es más importante, NADA vale tanto la pena como para desgastar nuestras rodillas por ello.

Oración: Aumenta oh Señor nuestro amor por ti como el mayor tesoro de nuestros corazones y disminuye cualquier amor idólatra por cosas menores. Si esto no sucede, seremos idólatras y nuestras vidas estarán regidas por el temor de perder a nuestros dioses. ¡Pero no queremos dioses delante de ti (Éxodo 20:3)! Y si te amamos con todo nuestro ser (Lucas 10:27) ¡nada perderemos¡¡Solo ganaremos! ¡Ayúdanos a volver a nuestro primer amor (Apocalipsis 2:4)! Haz lo que sea necesario en lo que resta de este año para aumentar mi amor por tu Hijo, hasta que Él sea verdaderamente todo para mí (Colosenses 3:11).

Aumenta nuestra confianza en tus promesas y disminuye nuestra confianza en nuestras percepciones (Proverbios 3:5–6). Si esto no sucede, dejaremos que nuestras circunstancias dicten nuestras acciones. Pero si realmente creemos en lo que nos prometes, ¡seremos “verdaderamente libres” (Juan 8:36)! No hay mayor defensa a la fe en este mundo que un cristiano que realmente cree (Hebreos 11:6). Eso es lo que queremos ser, haz lo que sea necesario en lo que resta de este año para ayudarme a caminar por fe y no por vista ( 2 Corintios 5:7 ).

Aumenta nuestra pasión por la reputación de Jesús y disminuye nuestra pasión por la nuestra. Si esto no sucede, nuestro testimonio será vacilante, tímido o inexistente. Nos avergonzaremos del evangelio (Romanos 1:16) y eso puede hacer que Jesús se avergüence de nosotros cuando regrese (Marcos 8:38). ¡No padre! Pero si amamos la gloria de tu Hijo más que la nuestra encontraremos la libertad en el testimonio y las obras que manifiestan al Dios que anhelamos y veremos a la gente venir a Cristo (2 Timoteo 1:8) oh Señor, ¡Haz lo que sea necesario en lo que resta de este año para aumentar mi amor por la gloria de Cristo!

¡Si padre! ¡Jesús debe crecer! ¡Jesús debe crecer! ¡Debemos disminuir! Si Jesús crece y nosotros menguamos, ¡nuestra alegría, como la de Juan Bautista, será plena! Danos la fuerza para permanecer de rodillas rogando cada día: aumenta nuestro amor por ti, nuestra confianza en tus promesas y nuestra pasión por la gloria de tu Hijo. Oramos esto en el nombre de Jesús, con el profundo deseo de que Él sea glorificado en nosotros lo que resta de este año más que nunca. Amén