
“Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece. Acordaos de la palabra que yo os he dicho: El siervo no es mayor que su señor. Si a Mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado Mi palabra, también guardarán la vuestra” Juan 15:18-20
Cristo es nuestro molde en cuanto a la vida cristiana, si ser como Él es lo que origina nuestra persecución es preciso que sepamos ¿por qué fue perseguido Cristo? Cristo fue perseguido por ser justo. Aunque Él es el único hombre que uno pudiera describir como: bueno, noble y verdaderamente altruista que vino a dar Su vida para enriquecer y salvar a miserables pecadores, Él no fue perseguido por ser bueno… Él fue rechazado por ser justo y en Su lugar fue aclamado y escogido a un homicida. No fueron las buenas obras que hizo en enfermos y endemoniados, por resucitar muertos o por saciar el hambre de miles de personas al multiplicar los panes y peces. Estas no eran las obras que ofendían a quienes lo sentenciaron a muerte, lo que les ofendía era que fuese justo y sin pecado, por vivir verdaderamente para hacer la voluntad de Dios y buscar Su gloria. Cuando el cristiano vive como Cristo, con toda seguridad será perseguido, es lo que experimentaron todos los apóstoles y los creyentes de la iglesia primitiva. Eso es lo que ha acontecido desde los comienzos de la humanidad, los injustos aborrecen las obras de los justos porque hacen evidente su injusticia (1 Juan 3:12) y es lo que ha pasado a lo largo de la historia de la iglesia verdadera… pero a pesar de la persecución todos los que aman la justicia y son perseguidos por ello son los verdaderos bienaventurados.
Bienaventurados porque pertenecen al reino de Cristo, eso es lo que ha dicho Él. Bienaventurados porque sufren la dicha de ser perseguidos por ser como su Señor y esto es una señal inconfundible de que pertenecen al reino de Cristo. Ellos le pertenecen a Cristo, hacen parte de Su reino y son los que constantemente e incesantemente están clamando “venga tu reino” estos son los que contienden ardientemente por la fe y no se intimidan por la oposición no porque sean fuertes o imbatibles, sino porque tienen la certeza que le pertenecen a Cristo, que están en Su mano y NADIE los puede arrebatar de Su mano, tienen la certeza de que al final todos sabrán que el triunfo le pertenece a Cristo ¡si amada iglesia de nosotros es el reino de los cielos! A nosotros que se nos ha concedido no sólo creer en Él sino también padecer por Él (Filipenses 1:27-29).
Oración: amado Señor la persecución puede vestirse de muchas maneras, pero la bienaventuranza no está en el hecho de sufrir, está en la promesa que has hecho: Tú has prometido darnos Tu reino, has prometido hacernos partícipes como ciudadanos del reino de los cielos, como siervos del Único Dios Verdadero, el Rey de reyes y Señor de señores. Amén
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Amén 🙏🙏🙏