
“Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” Juan 14:6
Para el hombre de la actualidad existen muchos caminos, conforme a lo que busca así es el camino que escoge. Cada quién defiende su camino y trabaja con ahínco para permanecer en él y no ser sacado por nadie de ese camino. Para el que quiere “comodidades” su camino es el trabajo y el perfeccionamiento profesional, trabajara y trabajara para tener ese nivel de vida que está buscando tener, pero que en sí nunca alcanza porque siempre habrá una meta por cumplir y algo nuevo por adquirir; para otro grupo “disfrutar y ser feliz” ese es su fin, y en aras de esto desperdiciará cualquier cosa con tal de conseguirlo, el que quiere ser feliz solo piensa en sí mismo y poco le importa lo que otro piensa; otros simplemente “quieren ser” y en aras de ser alguien pasan su vida adquiriendo conocimiento, ningún título es suficiente, siempre hay otro que alcanzar; pero también existen unos pocos que buscan la vida eterna, unos pocos que no se encuentran conformes solo con tener cosas o sentir placeres, otros que se han hecho conscientes de que el vacío que todos quieren llenar dentro de sus propias vidas no se llena con cualquier cosa que el hombre pueda hacer, tener o ser.
Todos, independientemente del camino que hayan decidido recorrer están dispuestos a sacrificar cosas, sin escatimar absolutamente nada, esta es la razón por la que nuestra actual sociedad se encuentra en tan deterioradas condiciones. Vemos con tristeza que para cada nueva generación en lugar de haber un mejor futuro la condenación llega a más temprana edad, porque está siendo abandonada a más temprana edad, puesto que sus padres necesitan más tiempo para: “tener, sentir y ser”; algunos son abandonados espiritual y emocionalmente, y otros mucho más infelices son abandonados incluso físicamente. Esta es la razón por la cual en la medida que la sociedad “avanza” la familia que es la unidad fundamental de la sociedad “retrocede” porque se pierden valores y buenas costumbres.
Lo cierto es que de todos los caminos que desde el inicio de los tiempos el hombre ha decidido tomar el único que da buenos resultados es el camino de la vida eterna, el que muy pocos toman, los demás nunca pueden proporcionar una satisfacción absoluta. Pero a pesar de que el camino de la vida es el verdadero, porque es el que lleva al Padre, pocos son los que pueden terminarlo porque aunque son pocos los que lo eligen muchos de esos pocos intentan caminar por el como si se caminara por cualquier otro camino y muy pronto se desalientan y lo dejan, no se puede caminar por el camino de la vida queriendo tener y tener, no se puede caminar por el camino de la vida queriendo solamente sentir y ser feliz, no se puede caminar por el camino de la vida para ser, no, porque aunque se vallas en el camino de la vida tu forma de caminar te hará permanecer en él o te sacará hacia otra senda.
Un día el Señor hablo a toda la humanidad: “delante de ti he puesto el camino de la vida y el camino de la muerte, escoge tu pues el camino de la vida para que vivas tú y tu descendencia” Cristo es el camino de la vida, ningún otro camino te podrá hacer salvo, si existe un camino por el cual vale la pena sacrificarlo todo es por este, porque este es el único camino que garantizará tu vida y la de tu descendencia… y tú ¿ya decidiste tu camino? ¿Has considerado su final? ¿Vale la pena permanecer en el? Son preguntas para las cuales al día de hoy deberías tener una respuesta.
Oración: Señor gracias por tu palabra, gracias por hablar a mi vida, Señor muéstrame que cosas del camino en el que estoy te agradan y cuáles no, dame la fuerza y la voluntad para corregir mi camino si tu consideras que debo hacerlo, dame sabiduría para tomar buenas decisiones, decisiones que me acerquen cada vez más a ti y me ayuden a permanecer en el camino de la vida. Amén
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