
“Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma, manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles; para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al considerar vuestras buenas obras” 1ª Pedro 2:11-12
En estos dos versículos se identifica las dos cuestiones más importantes de la vida, y también validan que la razón por la cual sabemos que somos extranjeros y peregrinos en el mundo, es que el mundo moderno en que vivimos no considera que estos temas sean los más importantes. Si el mundo lo creyera, los periódicos, la televisión, las instituciones educativas, la música, las declaraciones de objetivos de la industria y las metas gubernamentales parecerían y sonarían muy diferentes a como lo hacen. Pero, en realidad, vivimos en un mundo que, de acuerdo a sus prioridades, valores, compromisos, estándares, preocupaciones y placeres, demuestra que no estima que estas dos cuestiones sean primordiales, de hecho, no están ni siquiera en la lista de prioridades del mundo. Los dos puntos que dominan estos dos versículos son la salvación del alma humana y la gloria de Dios. Los dos grandes temas de la Biblia son: qué hacer para que no se destruya el alma del hombre y no se menosprecie la gloria de Dios.
El alma humana se encuentra en peligro de ser destruida. Se está desatando una batalla contra el alma en este mundo. Si ésta triunfa, el alma se pierde. Jesús dijo: “¿Qué provecho obtendrá un hombre si gana el mundo entero, pero pierde su alma? (Mateo 16:26). Si se pierde el alma, se pierde la persona entera y no hay manera de negociar para regresarla. Cuando esta batalla contra el alma termina, termina. Existe un gran abismo y nadie puede cruzar ni de un lado ni del otro – desde el Cielo o desde el Infierno (Lucas 16:26). Por lo tanto, este es uno de los grandes problemas del mundo porque afecta a todos sin excepción, nos afecta para siempre y de manera grave y definitiva. Y aún así, nuestro mundo no le presta debida atención… Nos dicen cómo debemos librar la batalla contra el SIDA, el cáncer, los mosquitos, contra manejar ebrio, la depresión, la violación, el fuego, el robo… Pero, el mundo en el que vivimos no nos asesora ni estimula sobre cómo luchar por la vida eterna del alma.
La otra gran cuestión: la gloria de Dios, si vivimos nuestras vidas de tal manera que no orientemos a la gente hacia la gloria de Dios, entonces, nuestras vidas no tienen un significado positivo desde el punto de vista cristiano. Encajamos tan bien en el mundo que nuestras vidas no van dirigidas más allá del mundo. No somos más extranjeros y peregrinos, sino simples ciudadanos conformistas del mundo que ignora a Dios. Pero, desde el punto de vista bíblico, la cuestión más importante en este mundo es la gloria de Dios. Todo el comportamiento humano está destinado por Dios para este propósito “Mantened una conducta irreprochable para que ellos glorifiquen a Dios”… el problema más básico de la vida moderna es la ausencia de la supremacía y la importancia de Dios. Y lo que se necesita desesperadamente en este mundo es gente para la que Dios lo es todo. Recordar que somos extranjeros y expatriados nos va a ayudar a restablecer el peso y la importancia de Dios. Pertenecemos a Dios, no al mundo. Aprendamos a vivir por Él, no por la televisión, por los catálogos de moda o tendencias en redes sociales. Somos extranjeros porque pertenecemos a Dios y vivimos para traer gloria a Su Nombre. Amén
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