
“Yo soy el buen pastor; el buen pastor Su vida da por las ovejas. Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye” Juan 10:11-12a
En este texto Jesús se presenta como un pastor e imagina a Su pueblo como ovejas que le pertenecen y por las que se preocupa. Él contrasta la forma en que el dueño responde a los lobos y la forma en que responde el jornalero. El que es asalariado, y no pastor, que no es dueño de las ovejas, ve venir al lobo, y deja las ovejas, y huye, y el lobo las arrebata y las dispersa. Huye porque es un asalariado y no se preocupa por las ovejas. Para el asalariado, cuidar ovejas es solo un trabajo. Realmente no se preocupa por las ovejas, está haciendo esto para ganarse la vida, no porque ame a las ovejas. Y entonces si una manada de lobos ataca a las ovejas, y solo eres un jornalero, corres. No arriesgas tu vida y luchas contra los lobos. ¿A quién le importan unas pocas ovejas? La razón por la que Jesús menciona a estos jornaleros es para mostrar que Él no es así, Él no es un jornalero. Es el buen pastor y el dueño de las ovejas: "Yo soy el buen pastor, y conozco a los míos, y los míos me conocen a mí". La diferencia es que el jornalero ama su vida más que a las ovejas, pero Jesús ama a sus ovejas más que a Su vida. Él no es un jornalero, porque las ovejas le pertenecen y porque ama a las ovejas más que a su propia vida. Cuando ve venir a los lobos, no deja que las ovejas sean destruidas, Él lucha contra los lobos y salva a las ovejas. Y al hacerlo, da Su vida por las ovejas. Entonces, ¿Qué tiene que ver con nosotros? Si nosotros somos las ovejas que Él ama, ¿quiénes son los lobos? ¿Qué es lo que amenaza con destruirnos? Hay por lo menos tres cosas, mencionados en el evangelio de Juan.
Primero, el pecado: Juan 1:29 dice de Jesús: "He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo". El pecado es un lobo que destruye el mundo y nos separa de Dios. Y Jesús vino al mundo para atraer sobre sí mismo al lobo del pecado y morir en lugar de sus ovejas. Cuando el buen pastor se sacrifica por el rebaño, se vuelve como un Cordero y lleva el pecado de muchos (Isaías 53:6-12).
El segundo y tercero son la muerte y el juicio divino: La muerte es un gran destructor. Ataca y destruye a todos, grandes y pequeños, ricos y pobres, hombres y mujeres, todas las razas, todos los credos. Y después de la muerte viene el juicio: "Está establecido que el hombre muera una vez, y después el juicio" (Hebreos 9:27). La muerte no sólo destruye lo que habíamos planeado en esta vida y nos lleva a la nada. Ella acaba con nuestros planes y nos lleva a la corte del Dios Todopoderoso cuya ley hemos quebrantado y cuya gloria hemos despreciado (Romanos 3:23).
Cuando Jesús dio Su vida por las ovejas, nos salvó del pecado, la muerte y el juicio. Él salió al encuentro de ellos, los apartó del rebaño y dio Su vida para destruirlos y quitarles el poder para que no pudieran destruir el rebaño. Si la historia terminara aquí, habría un gran problema. Si un rebaño de ovejas pierde a su pastor porque él dio su vida para salvarlas de una manada de lobos, ahora están sin pastor. E incluso si no vienen más lobos, tarde o temprano perecerán y al final no se salvarán… La historia no termina con un pastor destrozado el versículo 18 dice por qué: “Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre” Las ovejas ahora tienen un pastor. El cristianismo no es simplemente ser salvo del pecado, la muerte y el juicio; también significa tener un pastor vivo que nos guía, alimenta, sana y protege. Él ha dicho "Conozco a los míos, y los míos me conocen a mí, así como el Padre me conoce a mí y yo conozco al Padre". No hay relación más profunda ni más satisfactoria en el mundo que la relación eterna entre Dios Padre y Dios Hijo. Y entonces, la pregunta crucial para cada uno de nosotros esta mañana es: ¿Somos sus ovejas? ¿Eres una de las ovejas de Cristo hoy? Es decir, ¿escuchas su voz? ¿Lo sigues? Esto es lo que significa ser Su oveja: Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen; y yo les doy vida eterna, y no perecerán jamás; y nadie las arrebatará de mi mano.
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