Lo que el Siervo ha ganado para los que creen

Publicado el 25 de mayo de 2023, 5:51

Cuando el siervo muere, no sólo proporciona la base para la justificación; también proporciona la base para el nuevo nacimiento: el nuevo nacimiento en la familia de Dios (Isaías 53:10). Su muerte y resurrección produce no solo pecadores justificados, sino descendencia: personas que nacen de nuevo. Otra forma de decirlo sería: Su muerte y resurrección no solo nos dan perdón, nos dan una familia. No solo estamos bien ante la ley en un sentido legal; estamos en casa con el Padre en un sentido personal y relacional.

Pero eso no es todo. El Siervo mucho más, dice el versículo 12 de Isaías 53: "Por tanto, [debido a su fidelidad en la muerte] le daré parte con los grandes, y él repartirá el botín [o despojo] con los fuertes"…. Entonces el versículo 10 dice que verá su descendencia, El versículo 11 dice que Él justificará a muchos y el versículo 12 dice que repartirá el botín de guerra con los fuertes. Esos tres grupos son las mismas personas, son pecadores justificados, ellos son hijos de Dios y ahora son vencedores con el Mesías en Su triunfo sobre la muerte y el diablo y todo lo que es malo. El siervo ha vencido a la muerte al resucitar de entre los muertos. Ha vencido el poder del pecado para condenar al absolver al culpable. Ha derrotado el poder del pecado para corromper al hacer hijos de Dios de los hijos de la ira (Efesios 2:1-2,19). Y debido a sus triunfos, ahora le ha quitado al dios de este mundo el poder de dárselo a quien quiera; y se complace en dárselo a los mansos. "Bienaventurados los mansos, porque ellos heredarán la tierra". Ellos compartirán el botín del triunfo del Mesías sobre todas las cosas. Serán coherederos con Cristo de todo lo que Dios posee. “Todas las cosas son vuestras” en Cristo, dijo Pablo (1 Corintios 3:21).

A través de la cruz Cristo ofrece gratuitamente satisfacción a los dos anhelos más profundo que toda persona pueda tener: anhelamos alguna manera de deshacernos de la culpa y la mala conciencia por todo lo que hemos hecho mal y anhelamos ser amados y aceptados como parte de un grupo significativo o una familia. El Siervo satisface cada uno de estos anhelos a costa de su propia vida: justifica al impío y nos hace parte de la descendencia de Dios. Te insto a que confíes en Él esta mañana. No puedes justificarte a ti mismo, no puedes hacerte un hijo de Dios y no puedes ganar el botín de la batalla. Solo puedes recibirlos como un regalo y confiar en la obra de Cristo. Pon tu confianza en Él, y todo lo que es Suyo será tuyo.

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