Viviendo como es digno del evangelio ¿Cómo se hace?

Publicado el 28 de mayo de 2023, 3:39

Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para que o sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio, y en nada intimidados por los que se oponen, que para ellos ciertamente es indicio de perdición, más para vosotros de salvación; y esto de Dios” Filipenses 1:27-28

Al llegar a Cristo, nos encontramos con la buena noticia de que Él vino al mundo para morir por nuestros pecados y resucitó para darnos vida eterna, y que ofrece perdón y gozo eterno a todos los que depositan su esperanza en Él y no en las promesas del mundo. Posterior a esto debe seguir una forma de vida que es digna, adecuada o apropiada para esa gran verdad, una forma de vida que muestra que realmente estamos depositando nuestra esperanza en el evangelio y no en el mundo. Cuando Pablo dice en el versículo 21: “Para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia”, simplemente estaba mostrando lo que significa vivir como es digno del evangelio. Si el evangelio es verdadero, y si ponemos nuestra esperanza en sus promesas, entonces el vivir es Cristo y el morir es ganancia.

Pablo define el vivir digno del evangelio como vivir en unidad unos con otros y vivir sin miedo hacia los oponentes. Vivir como es digno del evangelio significa que “vivir es Cristo”, y por eso se convierte en el centro de nuestra vida y de nuestra unidad; vivir como es digno del evangelio significa que “morir es ganancia” — y esa promesa quita la última arma de nuestros oponentes (la muerte) y quita nuestro último temor. La lucha unificada por el evangelio y la valentía ante nuestros oponentes manifiestan una vida digna del evangelio. Y dado que muestran el valor del evangelio tan poderosamente, Pablo los llama en el versículo 28b una señal de Dios. Cuando vivimos en unidad y cuando nos mantenemos valientes y sin miedo, con humildad y amor ante nuestros oponentes, esta es una señal de que el evangelio es realmente verdadero y que, por lo tanto, los que creen en él se salvan y los que no creen en él perecen.

Estamos llamados a vivir de una manera que sea evidente la valentía y el valor del evangelio, que valoremos el evangelio más que cualquier cosa en el mundo. Estamos llamados a mostrar que nuestro tesoro no está en este mundo, nuestra esperanza no está en el dinero y la seguridad terrenal, nuestra satisfacción no está en el poder y el prestigio, nuestra alegría no está en la aprobación de otras personas, nuestra felicidad no está en evitar críticas y calumnias. En cambio, nuestro tesoro y esperanza y satisfacción y contentamiento y felicidad están en Cristo y sus promesas: vivir es Cristo y morir es ganancia. La unidad en Cristo y la intrepidez ante nuestros oponentes aclaran el valor del evangelio. Entonces, el llamado a la valentía es un llamado a magnificar el valor del evangelio y glorificar el valor de Cristo que todo lo satisface.

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