La verdad que nos mantiene en pie

Publicado el 12 de julio de 2023, 6:03

No podemos simplemente confiar en nuestros sentimientos para que nos digan la verdad sobre nuestro sufrimiento. Satanás ronda como león rugiente tratando de destruir nuestra fe (1 Pedro 5:8) y conoce nuestra tendencia natural a dudar de que Dios realmente se preocupa por nosotros. Si nuestra fe en Dios dependiera de lo que sentimos mientras sufrimos, la batalla estaría perdida. Nuestros sentimientos y nuestra fuerza son defensas inútiles contra el dolor de este mundo, pero los cristianos nunca carecemos de una fuente de esperanza. Dios nos ha dado promesas que nos traen una gran esperanza. Estas promesas no son ilusiones, las promesas de Dios se cumplirán porque nada puede impedir que se cumplan.

En el sufrimiento somos sutilmente tentados por la mentira de que Dios realmente no está completamente con nosotros, tentados a creer que la comodidad y la salud terrenales son más valiosos que el tesoro que es Cristo. Pero Su palabra dice: “El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?” (Romanos 8:32) aquí está la prueba de la presencia de Dios en nuestro dolor y la prueba de que Él se preocupaba por nuestro bien supremo, incluso si las perspectivas temporales no se ven bien en este momento. Dios será fiel en obrar todas las cosas para nuestro bien supremo: Él entreteje todas las cosas vivimos para conformarnos a la imagen de Cristo y llevarnos a la gloria.  En ninguna parte de la Escritura Dios ha prometido hacer nuestra vida más fácil en este tiempo o eliminar nuestras pruebas… Él se ha comprometido a usar todas estas cosas a nuestro favor, no quitara esas cosas para nuestro bien.

La vida cristiana se trata de contar todo lo demás como pérdida en comparación con el valor de Cristo, y Dios nos dará todo lo que necesitamos, incluido el sufrimiento, para asegurarse de que eso suceda. Y nos promete que, porque ya entregó a su propio Hijo, nada nos separará de su amor (Romanos 8:38-39). Cuando tu vida esté saturada de sufrimiento, y la desesperación y la duda susurren a tu oído, recuerda que Cristo conoce tu sufrimiento y el Padre se preocupa profundamente por tu bien supremo. Él te dará amablemente todas las cosas que necesites, porque ya te ha dado a Jesús.

Valoración: 5 estrellas
3 votos

Añadir comentario

Comentarios

Jairo CM
hace 2 años

Amén