Mentiras reconfortantes sobre el sufrimiento

Publicado el 8 de septiembre de 2023, 3:50

Me han dicho que el sufrimiento no puede ser la voluntad de Dios para mí. Me han aconsejado que ni siquiera hable del sufrimiento. Me han prometido sanación incondicional y plenitud si tengo suficiente fe. Estas declaraciones provinieron de defensores del evangelio de la prosperidad, personas que estaban convencidas de que podían evitar el sufrimiento. Todas estas personas afirman que, si “nos ponemos de acuerdo en oración” y “atamos a Satanás”, lo que pidamos sucederá, la sanidad llegará y el dolor terminará. 

El apóstol Pedro tampoco quería que Jesús hablara de su próxima crucifixión. Cuando Jesús les habló a los discípulos acerca de su futuro sufrimiento, muerte y resurrección al tercer día, Pedro lo reprendió diciendo: “¡Lejos de ti, Señor! Esto nunca os sucederá” (Mateo 16:22). Para Pedro, era inconcebible que Jesús sufriera y fuera asesinado: eso no podría ser parte del plan de Dios. Quizás Pedro instintivamente reprendió a Jesús porque las palabras de Jesús sobre Su sufrimiento y muerte iban en contra de la comprensión que Pedro tenía del reino de Dios. Justo antes, Jesús le había dicho a Pedro que todo lo que Pedro atara en la tierra quedaría atado en el cielo, y todo lo que desatara en la tierra quedaría desatado en el cielo (Mateo 16:19). Tal vez Pedro pensó que podría anular las predicciones, cualquiera que sea el motivo del arrebato de Pedro, Jesús respondió con una dura reprimenda: “¡Aléjate de mí, Satanás! Eres un obstáculo para mí. Porque no estáis pensando en las cosas de Dios, sino en las cosas del hombre” (Mateo 16:23).

La reacción de Jesús se aplica a la falsa enseñanza del evangelio de la prosperidad, una doctrina que afirma que el sufrimiento no tiene lugar en la vida de un cristiano. Los defensores del evangelio de la prosperidad a menudo afirman que debemos atar el sufrimiento en la tierra y ni siquiera hablar de él, porque la aflicción nunca puede ser la voluntad de Dios para aquellos que conocen a Cristo. Eligen versículos aislados para sustentar su posición, enfatizando el derecho a una salud perfecta, ignorando las Escrituras que resaltan la bondad y soberanía de Dios en y a través de nuestro sufrimiento.

Basado en el intercambio de Jesús con Pedro, es posible ver por lo menos tres maneras en que el evangelio de la prosperidad se equivoca en el sufrimiento: primero “el sufrimiento obstaculiza la fe”, segundo “Dios siempre quiere consuelo para nosotros” y, por último “esta vida es todo lo que hay”… Pedro tuvo que aprender cuan falsas son estas posturas respecto al sufrimiento, y nosotros también. Para el verdadero creyente, el sufrimiento no es una maldición, ni un indicio de fe débil o de falta de bendición, sino más bien una parte integral de la vida cristiana.

Escrito por: Vaneetha Rendall Risner

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