To​dos so​mos es​cla​vos, la pre​gun​ta es ¿de quién o de qué?

Publicado el 7 de septiembre de 2023, 6:33

El llamado de Dios a obedecerle es por gracia. En este llamado, Él te rescata de ti mismo. Aunque no seas consciente, todos los que han creído para salvación han sido rescatados… ¿De qué manera? Todos somos esclavos, la pregunta es de ¿de quién o de qué? Todos estamos dispuestos a hacer sacrificios, la pregunta es ¿a quién o para qué? Todos seguimos reglas, la pregunta es ¿de quién o para qué? Todos le damos el corazón a algo, la pregunta es ¿a quién o a qué?

No fuimos creados para ser libres, si por “libertad” nos referimos a una vida absolutamente independiente y autosuficiente. Fuimos creados por Dios para estar conectados a algo mucho más grande que nosotros mismos. Fuimos diseñados para que nuestras vidas fueran organizadas y dirigidas por un calendario mucho más grande que nuestros propios deseos y metas personales. Fuimos moldeados cuidadosamente por Dios para tener cada aspecto de nuestra persona conectado a Él y a Sus planes para nosotros, y cuando lo rechazamos no vivimos en autonomía; siempre lo reemplazaremos con algo o alguien.

Dios, en Su gracia, no te deja libre, ya que sabe que no serías libre en verdad. Tu y yo volveríamos a esclavizarnos tan rápido como nos “liberamos”. La triste realidad es que no nos toma mucho tiempo esclavizarnos a la persona o cosa que funciona como nuestro mesías sustituto. Entonces, ¿qué te ofrece la gracia? La esclavitud más satisfactoria y maravillosa del mundo. Aquel en es la definición perfecta del amor, la sabiduría, la misericordia y el poder nos hace Sus esclavos. Aquel, que es el único capaz de darnos vida, esclaviza nuestro corazón hacia Él. Su autoridad absoluta sobre cada área de nuestra vida no es pesada o abrumadora, sino llena de gracia y vida.

Dios nos libera de nuestra esclavitud a aquello que no es verdadero y que no cumple lo que promete. Nos protege de buscar esperanza donde no puede ser hallada. Su llamado a obedecerlo es una herramienta de Su gracia salvífica. Él sabe que nuestras resoluciones duran muy poco tiempo. También conoce que nuestros ojos y nuestros corazones son desleales y vagabundos. Es por eso que nos manda a someternos bajo Su yugo, para que no sirvamos a otros amos. Tal como dice Pablo en Romanos 6:22 “pero ahora, habiendo sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como resultado la vida eterna”… el llamado de Dios a obedecerlo no arruina tu vida; es un medio para proteger la vida que sólo Él te puede dar.

Escrito por: Paul D. Tripp

Valoración: 4 estrellas
1 voto

Añadir comentario

Comentarios

Todavía no hay comentarios