Lo imposible hecho posible

“Al salir él para seguir su camino, vino uno corriendo, e hincando la rodilla delante de él, le preguntó: Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?... He guardado la ley. Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme, tomando tu cruz. Pero él, afligido por esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones” Marcos 10:17-22

Jesús puede ver dónde está su tesoro, por esta razón le dice “Te falta una cosa. Vende todo lo que tienes, dáselo a los pobres, sígueme. Tendréis tesoro en el cielo” ¡cuán difícil les es entrar en el reino de Dios, a los que confían en las riquezas! Entonces ¿Quién, pues, podrá ser salvo? Jesús, mirándolos, dijo: Para los hombres es imposible, más para Dios, no; porque todas las cosas son posibles para Dios. No se necesita ser rico para confiar en las riquezas… ¿por qué es imposible para el hombre? porque sin Cristo la mente de la carne te tiene esclavizado, atrapado y muerto… y no hay nada que puedas hacer al respecto.

Pero Dios sí puede hacer algo al respecto. Se llama gracia, y ¿Cómo se relaciona esto con la lucha por el gozo? Dice Filipenses 2:12 “Ocupaos de vuestra salvación con temor y temblor. Porque Dios es el que obra en vosotros, tanto el querer como el hacer, para su buena voluntad”. Nuestra incapacidad y la capacidad soberana de Dios se unen en un mandato y una aptitud. Trabaja en tu salvación, lucha con alegría, porque Dios es quien está trabajando en ti para permitirte trabajar. O como dice 1 Corintios 15:10: “Por la gracia de Dios soy lo que soy, y Su gracia para conmigo no fue en vano, sino que trabajé más duro que cualquiera de ellos. Sin embargo, no fui yo sino la gracia de Dios que estuvo conmigo”. Entonces lo que Dios hace por nosotros cuando estamos muertos y ciegos, completamente incapacitados para luchar por conseguir el gozo en Dios… Él irrumpe en nosotros, ilumina nuestros ojos, nos da la capacidad de ver a Jesús como nuestro tesoro, a esto se le llama nuevo nacimiento, conversión. Puedes a Cristo no sólo como tu Salvador, tu Señor, el tesoro de tu vida, y ahora Él está en ti por el Espíritu Santo, y ahora eres una persona en guerra contigo mismo.

La carne lucha contra el Espíritu, el Espíritu contra la carne para impedirte hacer lo que quisieras y la vida se convierte en una batalla hasta el fin de tus días, pero luchas con la fuerza que Él te proporciona. Somos como agricultores: los agricultores quieren que los cultivos crezcan y no pueden hacerlos crecer. Sólo Dios puede hacerlos crecer, pero ellos pueden arar y plantar, y deben hacerlo.