“Y Jesús les respondió: «Yo también les haré una pregunta, que, si me la contestan, Yo también les diré con qué autoridad hago estas cosas. ¿De dónde era el bautismo de Juan, del cielo o de los hombres?». Y ellos discutían entre sí, diciendo: «Si decimos: “Del cielo”, Él nos dirá: “Entonces, ¿por qué no le creyeron?”. Y si decimos: “De los hombres”, tememos a la multitud; porque todos tienen a Juan por profeta». Y respondieron a Jesús: «No lo sabemos». Él a su vez les dijo: «Tampoco Yo les diré con qué autoridad hago estas cosas” Mateo 21:24-27
Los fariseos respondieron “no lo sabemos” no porque tuviesen desconocimiento de la verdad sino porque en ese momento era la respuesta más conveniente para conseguir lo que se proponían… Jesús podía ver a través de su hipocresía y manipulación, ellos simplemente se hicieron voluntariamente a sí mismos ignorantes de la verdad como tantos hoy, Jesús no hablara con tales personas. Pero, ¿Por qué consideramos esto? en tu lucha por el gozo, debes ver a Jesús glorioso. Y la única manera de verlo glorioso es leyendo y escudriñando la Escritura en busca de Cristo… puedes hallarle en ella desde Génesis hasta Apocalipsis, busca a Jesús conócele tal como Él es, Él es inigualable. No hay nadie como Él. Memoriza, medita y predica la Palabra a ti mismo en tus momentos más oscuros. Predícate a ti mismo el evangelio todos los días: las promesas de Dios basadas en la cruz y compradas con sangre todos los días.
Terminamos ayer con una pregunta ¿Cómo lucho por el gozo? ¿Cuál es la parte que me corresponde hacer? Escudriñar, memorizar y meditar la Palabra de Dios es lo primero. Acompañando esta disciplina debe estar la oración, ora “Inclina mi corazón a los testimonios, y no a la ganancia egoísta” (Salmo 119:36) en otras palabras: dame deseo por tu Palabra, guárdame de no tener interés por ella. “Abre mis ojos, para que vea las maravillas de tu ley” (Salmo 119:18) estás leyendo Su Palabra y no pasa nada ¿Qué harás, desistirás y buscaras algo más entretenido, más productivo? NO, ora oh Señor abre mis ojos para que pueda ver a través de tu Palabra tus maravillas. “Unifica mi corazón para que tema Tu nombre” (Salmo 86:11) nuestro corazón casi siempre está fragmentado, dividido en tantas situaciones… estoy tratando de leer la Biblia y mi corazón va en tantas direcciones a la vez: mi hogar, finanzas, la iglesia…. Tantas cosas, ¿Qué hago, desisto? No… oro: Oh Señor unifica mi corazón en un solo deseo y propósito: ver la gloriosa persona que eres tú. “Sáciame por la mañana con tu misericordia, para que pueda gozarme y alegrarme en ti todos mis días” (Salmo 90:14). Pídele satisfacción. Muchos son los que dicen no tener satisfacción en Cristo, tal vez tú mismo te has sentido de este modo en algún momento, te pregunto: ¿has orado para tener deseo por la Palabra de Dios? ¿Has orado para ver maravillas allí? ¿Has orado por un corazón unificado? ¿has orado por satisfacción?... ¿has luchado por esto? Lastimosamente no, no es algo que hagamos.
Tenemos una visión equivocada en cuanto a la espiritualidad, creemos que es algo que simplemente debe suceder, consideramos que, si no es espontánea, no es real. Por lo tanto, aferrarnos y luchar es simplemente contradictorio. Pero a diario trabajamos muy duro en nuestras carreras, trabajamos muy duro para que nuestra casa luzca bonita, trabajamos muy duro para mantener vestidos a nuestros hijos… pero cuando se trata de lo más importante decimos: "Bueno, si no sucedió, supongo que tal vez no sucederá". Tenemos una especie de orientación perezosa hacia nuestro caminar espiritual. Ora, ora, ora para que Dios haga en ti lo que necesitas, luchar para que puedas tener gozo en Él.
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