“Te escribo confiado en tu obediencia, sabiendo que harás aún más de lo que digo” Filemón 1:21
Aprendimos acerca del importante papel que desempeñan la Escritura y la oración si es que nos proponemos luchar por el gozo. Pero estas no son las únicas maneras en que se manifiesta nuestra lucha. En el mismo nivel de importancia está la resolución a luchar contra cada pecado conocido en nuestra vida. No digo que triunfarás en esta vida perfectamente sobre cada pecado conocido, no lo harás. Yo digo que debes luchar, resuelve luchar contra cada pecado conocido. Todo pecado proviene de percibir algo como más delicioso, precioso, hermoso y atractivo que Cristo. Por lo tanto, cuando estás en pecado, cometiendo un pecado, estás en oscuridad. En la oscuridad, no se puede ver la belleza de Cristo con tanta claridad. El pecado viene de la ceguera y te mantiene en la ceguera. Por lo tanto, haz todo lo que puedas para luchar contra todos los pecados conocidos.
Cuéntale a las personas acerca de Jesús, comparte tu fe, aquella verdad en la que por la gracia haz creído y que ha traído libertad a tu vida ¿Cómo se relaciona la evangelización con la lucha por el gozo? Es increíblemente reconfortante experimentar el increíble privilegio de derramar sobre otros, parte de nuestro deleite en Dios. De la mano de esta herramienta en la lucha por el gozo esta la necesidad de pasar tiempo con personas saturadas de Dios que te ayuden a ver a Dios y a pelar la batalla de la fe. Esto es esencial según Hebreos 3:13: “Exhortaos unos a otros cada día, mientras dura el tiempo de hoy, para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado”. Pasa tiempo con personas que puedan enfrentarte con promesas. La principal forma en que nos animamos unos a otros es cuestionando nuestros pecados. Algo así como, “Tu actitud no ha sido muy agradable últimamente” ¿Podemos hablar sobre esto?" O "¿Puedo compartir contigo una promesa que me ayudó con esa actitud que me dio esperanza y me ayudó a superar mi egocentrismo?". Necesitamos estar en la vida del otro.
Existen hábitos de vida también contribuyen a nuestro propósito… Lea biografías de grandes cristianos, biografías sustanciales que investiguen los pecados, las virtudes y los conflictos de la vida de las personas que han caminado larga y profundamente con Dios (Jhonathan Edwards, William Tyndale, Jhon Wesley, CH Spurgeon… etc) El testimonio de lo que Dios hizo y de cómo se sirvió de hombres que fueron antes que nosotros te hará audaz y dispuesto a arder para dar a conocer el evangelio, eso es lo que una biografía hará por ti. Si ves televisión y en lugar de leer una biografía, estás cometiendo un error. Finalmente, por el día de hoy… da a tu cuerpo el descanso, el ejercicio y la dieta adecuada para los cuales fue diseñado por Dios. Él ha ordenado en Su providencia que la forma en que descansamos y cómo nos ejercitamos afecta nuestras emociones. Una de las formas en que obra el Espíritu Santo es humillándome lo suficiente como para darme cuenta de que no soy Dios y que el mundo puede funcionar mientras duermo. Spurgeon dijo al respecto: “los hábitos sedentarios tienden a crear desaliento. Sentarse mucho tiempo en una misma postura, leyendo un libro o manejando una pluma, es en sí mismo un desafío para la naturaleza, pero si a esto le sumamos una habitación mal ventilada, un cuerpo que lleva mucho tiempo sin ejercicio muscular, un corazón agobiado por muchas preocupaciones y tenemos todos los elementos para preparar un caldero hirviente de desesperación, especialmente en los meses de niebla”.
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