Escudriñados para ser Transformados

Publicado el 1 de diciembre de 2023, 6:15

Escudríñame, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis inquietudes. Y ve si hay en mí camino malo, y guíame en el camino eterno” Salmo 139:23-24

La iglesia se compone de discípulos de Jesús. Somos aquellos que hemos visto y aceptado nuestra condición de pecadores y hemos entendido que el sacrificio de Jesús en la cruz fue para perdonar nuestro pecado. Sabemos que, de no ser por Su sacrificio, no tendríamos una relación con Dios. Pero más aún, los discípulos, estamos llamados a parecernos a nuestro maestro. De esto se trata el crecimiento espiritual, que gradual y constantemente nuestra manera de pensar y de actuar se parezca a la de Jesús. Pero no todos crecemos a la misma velocidad. Hay discípulos que se “estancan” y sus vidas no fructifican como debería. En estos casos, el cambio no se nota, o se nota muy poco; la semejanza a Cristo es casi imperceptible para muchos. Entonces, ¿Cómo es que comienza el crecimiento en mi vida espiritual? ¿Qué es lo primero que tiene que ocurrir para que una persona crezca? El pasaje de hoy nos ofrece una luz a estas preguntas… Mi cambio demanda absoluta honestidad conmigo mismo. Según la Biblia, el conocimiento que tenemos de nosotros mismos es defectuoso y eso es lo primero que nosotros debemos entender para poder conocernos, cambiar y crecer. Jeremías 17:9 describe la condición del corazón humano como: “extremadamente perverso” y luego de eso dice, ¿Quién realmente sabe qué tan malo es?  el ser humano ignora la profundidad de su maldad, desvío y condición caída. Esa es la razón por la que tendemos a juzgarnos de una manera extremadamente benevolente con nosotros mismos cuando se trata de nuestras faltas… ¡Si es que las llegamos a ver!

El corazón se describe como “engañoso” porque no nos dice la verdad de nosotros mismos. Saber esto, me permite tener una “sana sospecha” de mí mismo, esto implica que, de manera regular, me cuestione a mí mismo. Que cuestione por qué hago lo que hago, por qué quiero lo que quiero. Que me pregunte el por qué de mis reacciones. Pero para poder verlo es necesario que queramos verlo, mucha gente no quiere ver lo que realmente es ni conocer sus debilidades, ni sus disfunciones, ni sus pecados y esto es un gran obstáculo para el cambio. ¿Por qué no somos rechazados por Dios después de haber sido examinados por Él? La única razón por la que el escrutinio de Dios no termina en un rechazo es porque Cristo, que es el único que pasa el escrutinio moral y espiritual de Dios, murió por nosotros en una cruz. A menos que estemos dispuestos a ser examinados por Dios a través de Su palabra y estemos dispuestos a aceptar el diagnóstico de Dios en cuanto a nuestra maldad y culpabilidad no pasaremos de muerte a vida, y aún si llegásemos a tener vida seríamos un pámpano que permanece en la vid sin frutos que glorifiquen a Dios… la vida cristiana no se trata de nosotros, de lo que podemos alcanzar por medio de ella sino de la gloria de Dios, la gloria de Aquel que habiéndonos hallados en tinieblas nos trasladó a luz y ha puesto Su Nombre en nosotros.

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