Hay algunas personas que toman el pecado a la ligera, es algo que está de moda hoy en día. Hay muchas iglesias y muchos feligreses que nunca son confrontados por la miseria de sus propios corazones y la pecaminosidad de su propio pecado.
No puedes tomar el pecado a la ligera si lees Isaías 53, porque fue tu pecado y mi pecado el que puso a Cristo en la cruz. ¿Cómo puedes tratar con ligereza lo que Él sufrió? Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros ¿Cómo puede ser una cosa ligera?
Todos nuestros pecados, al poner nuestra confianza en Cristo, son puestos sobre Jesucristo. En esas horas de oscuridad en la cruz, después de las cuales gritó: “Dios mío, Dios mío, por qué me has abandonado” Él absorbió toda la ira divina, todos los pecados de todas las personas que creyeron con fe verdadera a lo largo de toda la historia humana. ¿Cómo es posible que Él haya absorbido toda la ira por todos los pecados de toda esa gente? Es porque era una persona infinita. Él pudo absorber una cantidad infinita de furia divina. Por eso todo se volvió negro y oscuro durante esas horas. Si miras la cruz, entiendes la pecaminosidad del pecado. No puedes tomarlo a la ligera cuando lo ves de esa manera. En la cruz, Dios trató Jesús como si Él viviera la vida de tuya, de modo que Dios pueda tratarte a ti como si vivieras la vida de Jesucristo… Él recibió ira sin misericordia en la cruz para que nosotros recibiésemos misericordia sin ira al creer en Él.
Añadir comentario
Comentarios