Mucho más que sólo discípulos

Publicado el 24 de abril de 2024, 4:06

Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y ​​con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el mandamiento principal. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que estos” Marcos 12:30-31

Ser un discípulo de Jesús, no comienza con algo que nosotros hacemos, sino con algo que Él hizo. A sus primeros discípulos, Él los llamó, ellos le siguieron, quizás si Él no les hubiera llamado, ellos tal vez ni siquiera le hubieran conocido. Ahora, si te consideras cristiano, esto implica que has escuchado Su voz, implica que has tomado Su cruz, te has negado a ti mismo y le estás siguiendo.

Considerando el pasaje de hoy podemos inferir que la voluntad de Dios es que todo nuestro ser le ame: todas nuestras ambiciones y motivaciones, nuestros deseos, esperanzas y razonamiento, nuestras fuerzas… todo esto, informado, purificado y disciplinado por Su palabra. Ahora nuestro amor a Dios lo mostramos también amando a aquellos que han sido también hechos a imagen de Dios, a nuestro prójimo, entonces el motivo para discipular a otros comienza con el amor de Dios: Él nos ha amado en Cristo y por eso le amamos y mostramos nuestro amor por Dios, amando a aquellos que Él ha puesto cerca nuestro. Entonces el amor de Dios por nosotros inicia una reacción en cadena. Él, nos ama, nosotros le amamos a Él y luego amamos a los demás. Si esto no está pasando en nosotros, entonces debemos revisar nuestro cristianismo.

Dice 1 Juan 4:19-21 “nosotros le amamos a Él, porque Él nos amó primero. Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto? Y nosotros tenemos este mandamiento de él: El que ama a Dios, ame también a su hermano” Discipular a otros, es la mejor manera de demostrar nuestro amor por Dios y por los demás. El mandato del Señor en Mateo 28:18-20, no fue, que sus discípulos tomaran venganza por lo que le habían hecho o que se rebelaran contra Roma… Jesús miró a sus discípulos y les mando que hicieran discípulos, no sólo que fueran discípulos. Este mandato es para nosotros también si somos sus discípulos.

A lo largo de la historia de la iglesia desde Pentecostés este mandato fue cumplido por los creyentes y Jesús también cumplió su promesa, Él ha estado con Su iglesia. ¿Cómo nosotros la iglesia de este tiempo podemos obedecer y cumplir este mandato de Jesús? Estamos llamados a hacer discípulos a través de nuestras iglesias locales. El primer lugar donde los cristianos deben procurar ser discipulados y ser discipuladores de forma regular es a través del compañerismo de la iglesia local, tanto en reuniones, como por fuera de ellas... Edificar iglesias en las que se congregan aquellos que simplemente buscan algo es fácil, pero es muy difícil edificar iglesias en la que la fe bíblica madura hacia un discipulado genuinoprocuremos ser esa iglesia que oye el llamado, se niega sí mismo para seguir al maestro y que madura para evangelizar y discipular también a otros ¡Seamos la iglesia de Cristo, una iglesia que ama el discipulado!

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