El sendero hacia la verdadera libertad

Publicado el 23 de junio de 2024, 4:22

Y puesto de rodillas, clamó a gran voz: Señor, no les tomes en cuenta este pecado. Y habiendo dicho esto, durmió” Hechos 7:60

Al enfrentarse a su propia muerte, Esteban repite las palabras de perdón de Jesús evidenciando que el Espíritu Santo nos capacita para responder con amor, incluso ante la más cruel de las injusticias. Este perdón divino es la esencia del Evangelio. Cualquier indicio de resentimiento por disputas o malentendidos es completamente inaceptable para Dios. La historia de Jesús y Esteban no solo nos inspiran, sino que también nos recuerdan que la habilidad de perdonar emana no de nuestra propia fuerza, sino del Espíritu Santo que habita en nosotros. Al contemplar el acto de perdón de Jesús en la cruz, nos debemos preguntar si estamos dispuestos a seguir Su ejemplo, ofreciendo una oración de perdón hacia aquellos que nos han lastimado. El perdón es el sendero hacia la verdadera libertad, liberando tanto al ofendido como al ofensor, y haciendo posible el cambio.

Cristo por medio de Su ejemplo nos alienta a mirar más allá de nuestras heridas hacia un futuro lleno de esperanza y reconciliación. Que también nosotros la iglesia de este tiempo podamos evidenciar en nuestras vidas la obra sobrenatural del Espíritu Santo demostrando que para Dios el perdón es más importante que el cese del sufrimiento…. Recordemos que, al avanzar hacia la semejanza con Cristo, el mayor triunfo que nos da la cruz es poder a vivir bajo el poder transformador del perdón, y también tengamos presente que estar llenos del Espíritu Santo es mucho más que balbucear palabras incoherentes o experimentar sensaciones extraordinarias, sino más bien vivir y andar como lo hizo Cristo y que ese andar permanezca iluminado con el supremo ejemplo de amor y sacrificio de Jesús en la cruz guiando nuestro camino.

Al perdonar, reflejamos la misericordia divina y hacemos eco del amor incondicional que Jesús demostró en la cruz. Al adoptar una postura de perdón, no solo sanamos nuestras propias heridas, sino que también ofrecemos a otros la oportunidad de experimentar la redención y el nuevo comienzo que el perdón puede brindar… no siempre será fácil, pero el ejemplo de Jesús nos proporciona la fuerza y la inspiración necesarias para avanzar. Y finalmente es bueno decir que la práctica del perdón nos transforma y hace posible experimentar la verdadera libertad y la paz que sobrepasa todo entendimiento.

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