
“Yo soy el pan de vida. El que a mí viene, no tendrá hambre. El que cree en mí no tendrá sed jamás” Juan 6:35
Aquí está el punto principal de este mensaje: Jesús no vino al mundo principalmente para dar pan, sino para ser pan… y por ello a veces tiene que quitar el pan de las manos de mucha gente para que confíen en Él como el pan. En segundo lugar, no vino para ser útil, sino para ser valioso. ¡Oh, cuántos cristianos lo reciben como alguien útil! Si lo decimos de otro modo: Jesucristo no vino al mundo para ayudarte a satisfacer deseos que ya tenías antes de nacer de nuevo. Él vino al mundo para cambiar nuestros deseos para que Él sea el principal deseo. Ésa es la razón por la que vino.
Ahora ¿Quiere decir eso que a Jesús no le importa el pan natural? sí que le importa, Él se preocupa por tu cuerpo, pero esto no es lo más importante para Él. Pero a pesar de que tu cuerpo no es lo más importante Él nunca lo tiraría a la basura, todo lo contrario, un día Él lo hará nuevo en la resurrección. Pero Él no vino principalmente para satisfacer todos nuestros deseos físicos, sino para cambiar esos deseos en su esencia para que Él se convierta en nuestro tesoro. Así que espero que entiendas esto, para que tú y yo podamos: atesorarlo, amarlo, seguirlo, vivir para Él, regocijarnos en Él, estar satisfecho en Él, engrandecerlo en todo lo que haces desde la mañana hasta la noche y puedes hacerlo en cualquier parte del planeta… Esa es la razón principal por la que existimos, pero por naturaleza no podemos hacerlo por ello el Unigénito del Padre se hizo hombre y murió en la cruz para que esta naturaleza pueda ser cambiada por una que si puede.
El contexto del pasaje de hoy es la alimentación de los cinco mil, el Señor creo pan suficiente para saciar a esta multitud y que aún sobrase, pero ¿Qué hizo la multitud? vieron este milagro y se fijaron en el producto del milagro, no en la persona del milagro… Al día siguiente Jesús molesto les dijo: “De cierto, de cierto os digo que no me buscáis porque habéis visto señales, sino porque comisteis panes hasta saciaros” (Juan 6:26) ¿Te imaginas a Jesús enojado contigo porque lo estás buscando? ¿Por qué se enojaría si lo estás buscando? Es porque lo buscaban como alguien útil, útil para el pan, el dinero, la salud, la prosperidad. Él es útil para mis cosas. No había nadie allí buscándole porque Él fuese Su tesoro. El versículo 15 dice: “Jesús, sabiendo que iban a venir a apoderarse de Él para hacerlo rey, se retiró solo otra vez al monte”. No lo veían como algo precioso. Vieron sus regalos como preciosos. ¡Oh, qué rey tan útil será! ¡Que Jesús sea nuestro rey! ¡Él mantendrá nuestros estómagos llenos! Jesús no quiere ese tipo de discípulos.
Cuan demoniaco es ese evangelio que promueve a Cristo como la fuente para tener cosas… consigue todo lo que quieras trayendo a Cristo a tu vida. Jesús vino al mundo para bendecirnos en cierta medida ahora… pero principalmente está tratando de perdonar nuestros pecados, revestirnos de justicia, convertirse en nuestro tesoro, sellar nuestra eternidad para siempre y luego ponernos a trabajar en el mundo para que a través de nuestras obras otros también puedan ver Su gloria. El milagro de los panes no era llenar simplemente los estómagos hambrientos, era deslumbrar los corazones con ese rayo de gloria… el centro no eran los panes, sino Aquel que, pudo alimentar a cinco mil personas con una canastilla de comida. Véanlo, ámenlo, conózcanlo y conviértanlo en su tesoro.
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