Si quieres que el Espíritu Santo esté avivado en tu vida, es necesario vivir practicando “el oír con fe”. Momento a momento, circunstancia tras circunstancia debemos oír con fe para poder ver la gloria de Dios, pero sobre todo para ser transformados por la Palabra que nos es dada. Oír con fe te transformará porque oír con fe matará tu pecado, el Espíritu Santo te transformará matando el pecado tal como dice Romanos 8:13 “porque si vivís conforme a la carne, moriréis; más si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis” y también estará creando en ti Su fruto: amor, gozo, paz, paciencia… (Gálatas 5:22-23), Él no sólo viene a nosotros para matar nuestro pecado, también lo hace para que en nosotros sean hallados frutos de justicia que son por medio de Jesucristo, para la gloria y alabanza de Dios (Filipenses 1:11).
Piensa en esto, terminarás este devocional en un rato, y vas a ser tentado. Vas a ser tentado a estar enojado, impaciente, a mentir o tal vez a experimentar lujuria… En ese momento, ¿Cómo harás para matar ese pecado? Pablo dice: hazlo morir por el Espíritu. Pero ¿Cómo lo hago? Hay dos modos: hazlo morir por el Espíritu o úsalo como una oportunidad para dar fruto tal como dice Gálatas 5:22-23. Hagamos una ilustración para entenderlo mejor. Tomemos el pecado del resentimiento, la amargura o la ira indebida. Si consideramos las estadísticas respecto al matrimonio hallaremos que, hay más matrimonios que mueren por causa de la amargura, el resentimiento y la ira que por adulterio. Esto es muy importante para ti y para mí. ¿Cómo se mata la ira? ¿Cómo desarraigo la amargura y el resentimiento? Es cierto, estos sentimientos no llegan a nosotros porque los busquemos intencionalmente, simplemente sucede, y cuando pasa no puedo tan solo decir: "Ira, vete de mí", no funciona así. Entonces ¿Qué significa hacer morir estas obras de la carne? Matar la amargura, matar el resentimiento por el Espíritu a través del “el oír con fe” (lo que entiendo que significa) Estoy colocando Gálatas 3:5 “¿Acaso el que os suministra el Espíritu… lo hace por las obras de la ley, o por el oír con fe?” junto con Romanos 8:13 “porque si vivís conforme a la carne, moriréis; más si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis”
Entonces, oras por ese poder que fue prometido para ser testigos eficaces de Cristo (Hechos 1:8), ese poder que es mucho más que hablar de manera inentendible, o sufrir espasmos y desmayos. Ese poder que nos capacita para negarnos a nosotros mismos y tomar la cruz para hacer morir en ella las obras de la carne… realmente puedes pedirlo, si lo has creído, si has oído con fe, si has nacido de nuevo… porque es la voluntad de Dios: “Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. Más bien, sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo” (Efesios 4:31-32) puedes hacer morir la amargura y el resentimiento cuando oyes con fe y reflexionas: “Dios me perdonó aquella deuda impagable, y yo estoy castigando a mi conyugue, a mi hijo, a mi colega o a mi hermano porque tienen conmigo una deuda que es insignificante en comparación con lo que a mí me ha sido perdonado en Cristo… Estoy que estrangulo a esta persona ¿Por qué? Porque no creo, no acepto, no saboreo y no me deleito en el magnífico perdón de Dios. Estoy actuando como si mereciera un mejor trato, me he hecho víctima siendo que fui perdonado como un victimario” esto es oír con fe, permitir que el Espíritu Santo derribe por medio de la Palabra de Dios todo argumento contrario, que Él haga morir toda obra de mi carne con Su espada que es la Palabra de Dios…. Cualquiera que sea la situación que esté delante de ti, si es verdad que has nacido de nuevo por el oír con fe entonces no trates de solucionarla como si esto no hubiese acontecido en tu vida… Dices que has nacido de nuevo, dices que tienes vida espiritual vive entonces por el Espíritu. Es así como somos transformados, cada gigante que se levante de nuestra carne debe ser derribado por el Espíritu con la Palabra de Dios.
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