
“Viendo la multitud, subió al monte; y sentándose, vinieron a Él Sus discípulos. Y abriendo Su boca les enseñaba, diciendo: Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos” Mateo 5:1-3
La multitud que se agolpó alrededor del monte se dispuso para escuchar lo que a su parecer era el discurso inaugural de quien podría ser ese Mesías que devolvería a la nación a glorias aún más excelsas de las que habían conocido. Él inicia su discurso: Bienaventurados y el pueblo esta extasiado, eso, justamente eso deseaban oír… pero Él prosigue Su discurso:… “los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos” y lo que sigue es peor “Bienaventurados los que lloran…” es seguro que eso no era lo que esa multitud deseaba oír, ellos esperaban una promesa de prosperidad material pero Cristo dice a cambio que la verdadera bienaventuranza no se encuentra allí, Él vino a implantar un reino espiritual cuyas características son completamente contrarias a las que el mundo exalta y anhela. El mensaje de Cristo no solamente contrastaba con el pensamiento de ellos, sino que aún era ridículo para muchos de ellos. El mundo nos dice que son bienaventurados los que han alcanzado riqueza, fama, gloria, poder. De acuerdo al pensamiento mundano son felices los que pueden disfrutar de las diversiones y los deleites de esta vida presente cuando lo quieran y como lo quieran, pero Cristo nos dice otra cosa. En el Sermón del Monte el mensaje de Cristo y del mundo se excluyen mutuamente, tanto que si uno es verdadero el otro tiene que ser obligatoriamente falso. Eso significa que alguien te está mintiendo, alguien trata de engañarte y si te equivocas en señalar al culpable del engaño sufrirás una terrible e irreparable pérdida.
Si el mundo tiene razón no existe entonces un estilo de vida más tonto, absurdo y ridículo que el de los cristianos; si el mundo tiene razón la única filosofía que se debería seguir es la de “comamos y bebamos, porque mañana moriremos” si no hay resurrección no hay razón por la cual reprimir nuestros deseos… Pero, si las palabras de Cristo son ciertas, quienes viven el estilo de vida que el mundo promueve tendrán una existencia desgraciada en esta vida presente y aún más desgraciada en la eternidad. Si perdemos de vista el antagonismo de estas posturas tan opuestas, caeremos en el error de ser “cristianos” y aun así buscar la felicidad a través del método del mundo. Las palabras de Cristo no admiten tal interpretación, aceptar el ofrecimiento del mundo es llamar a Cristo mentiroso. Si usted piensa que encontrará la felicidad y una vida más plena a través de la riqueza y los placeres, para usted Cristo es un mentiroso… En el capítulo 5 de Mateo Cristo está diciendo: “felices aquellos que aceptan la voluntad de Dios sin murmurar, sobre todo cuando esa voluntad es contraria a la mía, y a mis deseos” y eso no es lo que el mundo enseña… aún más, esto es completamente ridículo para el mundo, entonces, alguien está equivocado, alguien está vendiendo una fórmula de la felicidad que no funciona. Si el método del mundo es cierto, el cristianismo es una insensatez… pero si lo dicho por Cristo es cierto, el ofrecimiento del mundo es una desgracia... y tú, ¿Estás seguro de haber escogido bien?
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Amén 🙏🙏🙏