¿Obras que hacen que Dios sea glorificado?

Jesús dijo: “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos” (Mateo 5:17) ¿Cuáles son esas buenas obras que pueden hacer que los hombres glorifiquen a Dios? Para que tengamos claro cuáles son estas buenas obras el Señor inicia una nueva sección en Su sermón para demostrar que no son obras distintas a la ley que Dios ya había dado por medio de Moisés y los profetas.

Para iniciar esta nueva sección Jesús es claro en decir que Él no vino a abolir la ley o los profetas, esto era una aclaración para aquellos que tenían la expectativa de que al no ser ni escriba ni fariseo Cristo rompería con las tradiciones y con la misma ley, tal como pensaban los líderes religiosos que al verse acusados para mantener su estatus, se opusieron de tal manera a la enseñanza de Cristo acusándole incluso de violar la ley (Juan 9:16) ellos estaban convencidos que su interpretación de la ley era correcta pero solo estaban llenos de hipocresía en sus corazones (Mateo 23:27) tal como sucede en nuestros días en los que muchos falsos maestros ven la verdadera doctrina como algo novedoso y completamente opuesto al “mover del Espíritu” a quienes no les importa en absoluto la verdad bíblica sino mover las emociones de los que le oyen para asegurarse de un público que siga pagando por el show que ellos hacen. Son payasos entreteniendo cabras (Tal como lo dijo Spurgeon) hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios y blasfemos que aborrecen a todo aquel que exhorte a la Iglesia a volver a la senda antigua, que acusan a quienes en verdad están comprometidos con la verdad de las Escrituras de ser herejes que van contra la enseñanza de la iglesia, que sacan provecho de gente que no conoce ni la Escritura ni lo que la Iglesia ha creído a lo largo de su historia. 

Aunque existía una diferencia enorme entre la enseñanza de Jesús y la de los escribas y fariseos Cristo vino a cumplir la verdadera enseñanza de las Escrituras por eso Él exige de Sus discípulos las obras de la ley. Mateo 5:16 ilustra esta exigencia: “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos” Cristo desea que a través de la obediencia a la ley el Padre sea glorificado. Los escribas y fariseos decían tener celo de la ley, pero era un celo desatinado porque ellos no perseguían la gloria de Dios, sino que buscaban verse ante ellos mismos y ante los demás como justos por ello Cristo les redarguye en Juan 5:44 diciéndoles “¿Cómo podéis vosotros creer, pues recibís gloria los unos de los otros, y no buscáis la gloria que viene del Dios único?” contrario a la conducta de ellos Cristo ama la ley, es así como fue anunciado “El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, y tu ley está en medio de mi corazón”  (Salmo 40:8) y esto es lo que Cristo pide a todo aquel que ha decidido seguirle como respuesta a la gracia que Él nos ha otorgado, por eso Él dice: “El que tiene Mis mandamientos, y los guarda, ese es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él”

Oración: Señor tu dijiste hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley. Tú no viniste para traer una nueva doctrina que nos desvinculara de la revelación que ya había sido dada desde el principio, contrario a esto eres el cumplimiento de cada uno de los mandamientos y promesas. Tu muerte y resurrección han hecho posible lo que para nosotros era imposible y hoy en respuesta a la gracia que nos has otorgado esperas que aquellos que son Tu cuerpo también se complazcan en hacer la voluntad del Padre del modo en que lo hiciste. Tu victoria en la cruz nos ha otorgado la libertad que antes no teníamos, antes éramos esclavos de nuestros deseos y completamente incapaces de rechazar el mal, ahora no sólo podemos rechazar el mal también nos has hecho libres para escoger lo que es justo y correcto delante de ti y por ello te agradamos y suplicamos Tú gracia para vivir como un pueblo que guarda tus mandamientos porque nuestra obediencia da testimonio de que te pertenecemos a ti. Amén