
“¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Como está escrito: por causa de ti somos muertos todo el tiempo; somos contados como ovejas de matadero. Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de Aquel que nos amó” Romanos 8:35-37
Es indiscutible que muchas veces (más de las que quisiéramos) enfrentaremos momentos difíciles y circunstancias desafiantes que, lejos de agradarnos, complican aún más nuestras vidas. Pero permíteme recordarte, querido hermano, que estos conflictos no poseen el poder de debilitar nuestra confianza en nuestro Dios eterno. La Palabra de Dios que leemos hoy fue forjada en tiempos de adversidad. A lo largo de la historia bíblica, encontramos héroes de la fe que no conocieron la comodidad; al contrario, sufrieron y soportaron burla, hambre y persecución por amor a la verdad.
Observemos la vida de Cristo, nuestro Salvador. Él, el Mesías prometido, fue crucificado de manera cruel, un recordatorio impactante de que servir a Dios puede conllevar dolor y sufrimiento. Sin embargo, en medio de cada angustia, en cada sombra de conflicto, resplandece la luz de la verdad. Es en estos momentos de desesperación donde nuestra fe tiene la oportunidad de manifestar su verdadero potencial. El conflicto en sí mismo no solo revela nuestros retos, sino que expone la fuerza de nuestra confianza: Dios, quien perfecciona Su poder en medio de nuestras debilidades. Sí, el conflicto no es agradable, pero es una invitación divina a confiar en Aquel que es poderoso para hacer mucho más de lo que pedimos ¡Ni siquiera podemos imaginar lo que Dios puede hacer para ayudarnos con Su poder! (Efesios 3:20) El conflicto que no pedimos ni deseamos, es un llamado a acercarnos a Dios, a escuchar Su voz en el día de nuestra angustia, para encontrar en Él vida y poder renovado.
En un mundo lleno de crisis, guerras y tensiones, nuestra mejor respuesta es refugiarnos en la Palabra de Dios. Su Palabra es nuestra roca inquebrantable en un mundo que a menudo parece estar construido sobre arena. Permíteme exhortarte en esta mañana: en lugar de huir de las pruebas, abraza la verdad de Dios y permite que te transforme. En Cristo, y solo en Él, somos más que vencedores.
Oración: Amado Señor bendecimos tu Nombre en esta hora y te alabamos porque a pesar de todo sigues siendo Él único digno de alabanza. Gracias Señor por tu Palabra viva y eficaz, que cobra vida en medio de mis pruebas y desafía mi corazón a no desmayar sino a seguir creyendo en esperanza contra esperanza, Señor no es la ausencia de crisis lo que me hace estar confiado, sino la certeza de que estoy en Tus manos, sigo siendo sostenido por ti y aunque muchas veces viva lo que no deseo Tú eres tan grande y poderoso que haces que todo aquello sea bendición para mi vida. Fortalece mi fe y renueva mi espíritu. Que yo pueda vivir de manera que refleje Tu amor y gracia, y ser instrumento de paz en un mundo lleno de caos. En el nombre de Jesús, mi Señor y Salvador. Amén.
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Amén, Ayudanos Señor,
Amén 🙏🙏🙏