
“Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre. No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos” Éxodo 20:2, 4, 5 y 6
Puede que no formemos nuestros propios becerros de oro hoy, pero la prohibición del segundo mandamiento de las “imágenes talladas” sigue siendo sorprendentemente relevante para la forma en que nos acercamos a Dios en nuestra vida diaria. El primer y segundo mandamiento van juntos y se complementan, el primero trata de a quién debemos adorar (solo al Dios verdadero), mientras que el segundo se refiere al cómo debemos adorarlo: no de la manera que nosotros preferimos. Más bien, dice, adora a Dios en las formas que Él ha revelado en Su Palabra, formas que a menudo son contraculturales, que muchas veces no son populares e incluso llegan a ser incómodas y ofensivas, para quienes no conocen al Único Dios Verdadero así fue aquel día al pie del monte Sinaí, así sigue siendo hoy.
La “tardanza” de Moisés desgastó al pueblo de Israel. Se cansan de esperar y “según ellos” están listos para seguir adelante con sus vidas, hacia la Tierra Prometida, y le dicen a Aarón: “Levántate, haznos dioses que vayan delante de nosotros. Aarón, por su parte, "tiene claro" que Dios (Jehová) no está siendo reemplazado, solo veneran algo que representa a Dios… Aarón modela el becerro de oro y declara que es el Dios "que te sacó de la tierra de Egipto" Él hace una proclamación: "Mañana será fiesta para el Señor " ¿Por qué es este un pecado si la gente todavía tiene la intención de adorar a Jehová (y no a “otros dioses”)? En otras palabras, ¿por qué no es suficiente el primer mandamiento? ¿Por qué Dios fue tan explícito en decir a quién debían adorar y cómo debían hacerlo?
Para aclarar esto, el segundo mandamiento nos habla del Dios verdadero. Él no es el Dios creado manual o imaginariamente por nosotros, ni siquiera es el Dios descubierto por nosotros… Más bien, es el Dios que se nos revela no sólo en Su creación, sino en Su palabra. Dios hizo al hombre a Su imagen para mostrar, reflejar y representar visiblemente al Dios invisible en Su mundo creado. Sin embargo, la naturaleza misma del pecado es que sus criaturas rechazaron este elevado privilegio y, en cambio, buscaron “hacerse” una imagen de Dios… Hacer nuestras propias imágenes de Dios para la adoración es rechazar nuestro llamado y dignidad como reflejo de su imagen. Hicieron una imagen para sí mismos en lugar de aceptar que ellos mismos fueran hechos a la imagen de Dios... 1500 años después del evento en el monte Sinaí Dios mismo mostró Su imagen en Cristo, y después de su resurrección y ascensión la iglesia debe ser ese reflejo que muestre la gloria del Único Dios Verdadero.
Oración: Señor somos tan dados a conformarnos con lo superficial y nos acomodamos tanto a ello que no vemos necesario profundizar en tu Palabra, leemos los mandamientos tan superfluamente que nuestra consciencia cauterizada por el pecado no es redargüida acerca de nuestra maldad, Señor perdóname por no honrarte del modo que tu has establecido, perdóname por hacer a un lado tu Palabra para tomar las costumbres de hombres y mujeres que elevan una adoración que no es bíblica mí carne ha sido seducida y te pido perdón, Señor guíame a ser un verdadero adorador que te adore en espíritu y verdad. Amén
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