
“Practicad vuestra justicia delante de los hombres, y no esperéis recompensas celestiales de vuestro padre” Mateo 6:1
“Nunca se avergüencen de dejar que los hombres vean que quieren ir al cielo”, dijo JC Ryle a aquellos que tenían la tentación de arrastrarse de arbusto en arbusto a lo largo del camino angosto. Esta no fue una voz dada a quienes enfrentan persecución, sino a quienes están tentados a escabullirse silenciosamente de este mundo al cielo por temor al desprecio de quienes avanzan por el camino ancho. Se dirigió a todos los Nicodemos entre nosotros, que buscan buscar al Señor al amparo de la noche. Este tipo de cristianismo hace todo lo posible para no perturbar a un mundo dormido, puede parecer valeroso a veces, pero solo en temas sobre los que está de moda ser valeroso. Muy distinto a nuestros antepasados que “trastornaron el mundo”, no desean dejar en claro que buscan una patria. Son “tolerantes” e “inclusivos”, así se llaman hoy, anteriormente fueron llamados cobardes.
Buscamos ser siervos de los hombres sin tener en cuenta la compensación celestial, y lo llamamos virtud. Siguiendo la enseñanza de Kant, tratamos de hacer de la abnegación un fin en sí misma, y el cielo en que verdaderamente deberíamos estar interesados rara vez se mira. Entonces muchos son como soldados que luchan por nada, corredores que no persiguen ningún trofeo, agricultores que aran, pero no esperan cosecha… Como Daniel los cristianos buscan el cielo con cortinas corridas, aceptando la ira del rey, porque sabemos que el foso de los leones “no es digno de comparación con la gloria que se nos ha de revelar” (Romanos 8:18). Soportaremos el costo del sufrimiento porque estamos “seguros de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los principados… ni ninguna otra cosa creada podrá separarnos del amor de Dios en Cristo Jesús” (Romanos 8:38-39).
El gran error de la humanidad es pretender ser más santa que Dios. Vivir la vida por puro deber, no es cristianismo. Fuimos llamados a perder la vida no como mártires en beneficio de los demás, perdemos nuestra vida para ganarla (Mateo 8:35). Entonces vivamos de tal modo que en nosotros sea visible la abnegación y la cruz, pero que también sea visible para todos que deseamos más que nada, estar con nuestro Rey para siempre.
Oración: amado Señor aun los que van por el camino ancho muestran obras que dan testimonio de bondad e incluso pueden negarse a algunas cosas, pero solo quienes van por el camino angosto trastornan al mundo porque no solo tienen en poco la gloria de esta vida sino que desean una patria mejor, guárdame Señor de ser un soldado que lucha por nada o un atleta que no persigue un trofeo, mi corazón clama por ti, guárdame oh Señor de ser el hombre espiritual que el mundo quiere que sea, para ser el discípulo que se niega a sí mismo y toma la cruz para seguirte cada día… que por el gozo puesto delante de mi pueda sufrir la cruz y menospreciar el oprobio. Amén
Añadir comentario
Comentarios