El deleite que te bendecirá

Publicado el 31 de enero de 2023, 7:22

Deléitate en Jehová, y él te concederá las peticiones de tu corazón” ( Salmo 37:4 ).

 

Estamos llamados a deleitarnos en el Señor. Y aquí hay un gran problema para mucha gente: no puedes disfrutar de un Dios que no estás seguro es para ti, si de algún modo tu corazón está inquieto al considerar—Él está en mi contra, siempre está decepcionado de mí, no me va a aceptar— entonces tratar de reunir deleite en Dios pensando de este modo va a ser imposible.

Por lo tanto, dejemos que nuestros ojos se dirijan a Isaías 53:6 , “Todos nosotros nos descarriamos como ovejas; nos hemos apartado, cada uno, por su camino” Isaías está diciendo que todos estamos en problemas con Dios. Pero luego añade: “Y Jehová cargó en Él el pecado de todos nosotros”. Lo que significa que ya en el Antiguo Testamento se nos enseña que tenemos un Salvador, tenemos un sustituto: tenemos a Jesús, un Cristo y un Mesías que ha llevado nuestros pecados.

Tener convicción de esta verdad dada por medio de Isaías es lo que traerá libertad a nuestro corazón para acercarnos con confianza al trono de la gracia y así deleitarnos en el Señor se convertirá en la pasión que todo lo consume de nuestra vida y por tanto en la pasión que moldea los deseos de nuestro corazón. Si te deleitas plenamente en el Señor, eso conforma tu corazón a Él y, por lo tanto, la promesa se va a cumplir: “Él te concederá las peticiones de tu corazón” Pero va a ser cierto de este modo: te dará todos los deseos de tu corazón que te permitan disfrutarlo al máximo a Él, Él te dará todos los deseos de tu corazón, que están enraizados y enfocados en Él.

Así que corre a la cruz. Encuentra el perdón. Disfruta de la aceptación. Mira la hermosura del Señor. Siéntete satisfecho en Él y luego deja que tú corazón se vuelva apasionado con los deseos centrados en Dios y que exaltan a Dios en este mundo.


Oración: amado Dios si tan sólo pudiésemos contemplar tu hermosura de tal modo que nos apasionemos por ella, pero por causa de nuestro pecado tu fuiste despojado de toda hermosura para que no te deseáramos desde nuestra carne y por tu misericordia obras en el corazón de quién tú escoges para que sean abiertos sus ojos espirituales y pueda contemplar tu majestad con ellos y pueda desearte… oh Señor obra en mi de este modo, ten misericordia de mi y dame ojos que puedan ver tu hermosura y un corazón que pueda desearte más que cualquier otra cosa en esta vida, multiplica en mi la necesidad de ti y el deseo de conocerte. Amén

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