
“Gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración” Romanos 12:12
La palabra “constantes” en este contexto no significa que se debe orar en cada minuto. Significa persistir en la oración, cumplirla, ser habitual. Es el opuesto de esporádico. Es decir, Pablo pide a todos los cristianos que hagan de la oración una parte regular, habitual, recurrente, y disciplinado de sus vidas. Consideren la oración en la misma manera que consideran comer, dormir y trabajar. Es cierto que Dios está disponible en cualquier momento. Y le gusta ayudar en cualquier momento. Pero lo deshonramos cuando no encontramos tiempo durante el día para darle atención enfocada. Estamos siendo exhortados a llevar una vida de oración regular y planeada, en la que le alabemos por ser quien es, le agradecemos por lo que Él ha hecho, le pedimos ayuda, y suplicamos en defensa de los que amamos, incluso la gente del mundo. Así que “perseveren en la oración” en este año nuevo. Planeen la hora, el lugar y el método.
Pero ¿Cómo se relaciona esta oración constante con el resto del versículo 12 y con lo que habíamos estudiado antes? Romanos 12:12 dice, "Gozosos en la esperanza, sufridos en la tribulación, constantes en la oración." la oración es el camino de Dios a la esperanza, el gozo, la resistencia y el amor. En Efesios 1:15-17 Pablo lo dice de este modo: “Por esta causa también yo, habiendo oído de vuestra fe en el Señor Jesús, y de vuestro amor para con todos los santos, no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones, para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos” ¿qué pide Pablo? ¿Cuál es la necesidad más profunda de cada cristiano? Primero, Pablo solicita una sola cosa en el versículo 17, y luego la divide entre tres peticiones específicas, todas relacionadas con la esperanza.
Miren primero a la solicitud sola y general, verso 17: “…que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en un mejor conocimiento de Él.” La necesidad más profunda de cada persona es conocer a Dios. No solamente saber de él, sino conocerle como su Creador, Redentor, Juez y Amigo. ¿Conoces a Dios? ¿Le conoces verdaderamente? Pablo también pide específicamente para que tengamos un “espíritu de sabiduría y de revelación” para que conozcamos a Dios. No podemos conocer a Dios sin la ayuda del Espíritu Santo. Y lo que hace el Espíritu Santo es despertar y transformar nuestro espíritu para que veamos y saboreemos la sabiduría y la revelación que dio Dios a sus apóstoles y a sus profetas. Cuando lees la Biblia o escuchas una predicación estás escuchando la sabiduría y la revelación de Dios. ¿Pero qué pasa? ¿Lo ves? ¿Tiene un efecto en ti? ¿Te conmueve? ¿Te hace desear más a Dios? Si no es así, el primer remedio es la oración: "Señor, dame un espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de ti. Por favor, no me dejes a merced de mi mismo. Soy muy mundano. Mis emociones y pensamientos son poco espirituales. Apenas si logro pedir por lo que quiero, no hay en mi temblor ni temor, no veo belleza, dulzura ni gloria en tu palabra. Ten piedad de mí y por tu Espíritu despierta en mí un espíritu de sabiduría y de revelación para que cuando lea u oiga tu sabiduría y tu revelación tenga oídos para oír y ojos para ver tu grandeza". Amen
Pide esto para ti mismo. ¡Sé constantes en esa oración! Dios te mostrará más de lo que jamás podrías imaginar.
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