El poder del Cristo crucificado hoy

Publicado el 23 de abril de 2023, 3:23

"Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame" Lucas 9:23

Cuando Cristo murió en la cruz por los pecadores, no sólo estuvo en mi lugar, haciendo lo que yo nunca pude hacer (perdonar mi pecado), sino que también me mostró lo que debo hacer si quiero salvar mi vida, es decir, tomar mi propia cruz y unirme a Él en el camino del Calvario de la muerte a uno mismo. Cristo murió para salvarnos del infierno pero no para salvarnos de la cruz. Él murió para que nosotros pudiéramos ser glorificados, pero no para evitar que fuéramos crucificados. “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo y tome su cruz cada día”. Para el cristiano, la cruz de Cristo no es simplemente un lugar pasado de sustitución. También es un lugar actual de ejecución diaria.

Pablo dice en Romanos  6:6 "Nuestro viejo hombre fue crucificado con él para que el cuerpo pecaminoso sea destruido, y ya no seamos esclavos del pecado... Considérense muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús" En otras palabras, ¡nunca dejes que la cruz pierda su poder crucificador en tu vida!  Como si Cristo hubiera muerto por los pecadores para que puedas vivir para el placer. Aun a pesar de todas las buenas cosas que podamos disfrutar en este tiempo, la mayor alegría todavía está en el horizonte… y por eso el escritor de Hebreos nos dice (13:13-14): "Salgamos a él fuera del campamento, soportándole injurias. Porque aquí no tenemos una ciudad permanente, sino que buscamos la ciudad venidera." En otras palabras, si quieres salvar tu vida, debes perderla, y si quieres seguir a Jesús, debes tomar tu cruz todos los días. La gran tragedia de gran parte del cristianismo contemporáneo es que la cruz queda relegada a un pasado distante. Y prácticamente lo que significa es que Jesús fue empapado en sangre para que yo pueda sumergirme en un jacuzzi. Y cuanto más grande es la tina, más honramos la cruz, así dice el evangelio de la prosperidad.

Equivocado está todo aquel que piensa que Jesús murió en la cruz para que EN ESTA ERA pudiéramos tener plenitud, riqueza, dignidad real, sabiduría y fuerza mundanas. La cruz no es un mero acontecimiento de la historia; ¡Es un modo de vida! ¡Toma tu cruz CADA DÍA, dijo Jesús! La cruz no es simplemente un lugar pasado de sustitución; es también un lugar actual de ejecución diaria: la ejecución del orgullo, y la ejecución de la jactancia en los hombres, y la ejecución de la autosuficiencia, y la ejecución del amor al dinero y al estatus y la alabanza de los hombres.

Te lo ruego hoy, no trates la cruz como una reliquia histórica del pasado. Es el mismo poder de Dios para cambiar todo en tu vida. Si quieres ser su discípulo, si quieres salvar tu vida y no perderla, toma esta cruz cada día, considera este mundo como el camino del Calvario, no como las calles de oro. Entonces la gente verá que tu tesoro está en el cielo, y Dios recibirá la gloria

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