
“Padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en la disciplina y amonestación del Señor” Efesios 6:4
Señor es un título extremadamente exaltado como lo usa Pablo en Filipenses 2:9-11 dice que "Dios lo exaltó hasta lo sumo y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla en los cielos, en la tierra y debajo de la tierra, y toda lengua confesar que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre". Confesar que Jesús es el Señor significa creer que Él triunfará sobre todas las cosas. Y llevar a nuestros hijos a creer esta verdad hará la diferencia en sus vidas cada día que vivan.
Considerando nuestro versículo, Pablo dice: "No provoquéis a ira a vuestros hijos" ¿Qué quiere decir? No quiere decir que no cruces su voluntad, no quiere decir que no niegues sus deseos… Quiere decir que no cruces su voluntad sin un buen propósito, no niegues sus deseos sin hacerlo parte de una gran visión de los propósitos de Dios en el mundo. Muéstrales a tus hijos algo grande por lo cual vivir, de modo que cuando cruces su voluntad y niegues su deseo, ¡es porque los estás capacitando para algún gran propósito de Dios! La ira proviene de sentir que las reglas de los padres son insignificantes y triviales, que no tienen nada que ver con algo realmente grande o importante. Los padres que no ven la disciplina como parte de una gran visión de lo que sus hijos pueden llegar a ser para Dios, terminarán usando la disciplina para aumentar su propia comodidad privada. Y los niños verán eso y eventualmente se enojarán… El gran desafío de los padres es dar a sus hijos una visión del triunfo de Dios en el mundo, e infundirles la emocionante esperanza de luchar del lado de la verdad, la justicia, el gozo y la victoria. ¿Qué debemos hacer entonces?
- Haz que toda la vida esté saturada de Dios: Lo primero que deben hacer los padres para criar hijos que esperan en el triunfo de Dios es hacer que toda la vida esté saturada de Dios. Muchas personas tratan a Dios como esa parte buena y confortable de sus vidas, pero Dios no hace parte de sus vidas…. Él siempre está presente en tiempos de crisis y problemas, pero sus vidas no están saturadas de Dios. Si la presencia de Dios no hace ninguna diferencia en la forma en que viven los padres los hijos lo sabrán y sacarán una conclusión obvia: Dios no es muy relevante para mi vida, y la causa de Cristo no es nada grande ni absorbente. Dios no es lo suficientemente emocionante como para construir toda tu vida alrededor de Él.Es una especie de mal necesario que hay que tolerar los domingos, pero un lastre del que puedo prescindir de lunes a sábado. Entonces, lo primero que debemos hacer es ser verdaderos cristianos. Debemos saturar toda nuestra vida diaria con Dios. Él debe ser la fuente y la meta de todos nuestros actos. “Ya sea que coman o beban o hagan cualquier otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios” (1 Corintios 10:31). Los niños lo verán y por la gracia de Dios creerán que el triunfo de Dios es lo más grande del mundo.
- Orar: Ese triunfo viene solo por gracia y solo en respuesta a la oración. La oración es la primera y fundamental forma en que unimos fuerzas con Dios en Su victoria sobre el pecado, el mal y la incredulidad.Debemos orar por nuestros hijos y enseñarles a orar. Necesitamos derramar nuestros corazones en secreto donde nadie más que Dios sepa lo que decimos, suplicando por la salvación, la santidad y la perseverancia de nuestros hijos. Necesitamos orar en presencia de nuestros hijos para que puedan escuchar nuestros anhelos y leer nuestros corazones y aprender a orar. Y necesitamos orar con nuestros hijos para que tengan la oportunidad de orar en un ambiente amoroso.
- Demostrar la importancia de la Biblia: Lo tercero que debemos hacer para criar hijos que esperan en el triunfo de Dios es hacer de la Biblia el libro más importante en sus vidas. La mayoría de nosotros tenemos tanto miedo de un poco de resistencia de nuestros hijos que establecemos metas muy pequeñas. Debemos mostrar a nuestros hijos que este libro es el libro más importante de nuestras vidas y que contiene las respuestas a las preguntas más grandes de la vida y que es el plan de batalla para el triunfo de Dios.
Hay mucho más que decir acerca de lo que debemos ser como padres si queremos criar hijos que esperan en el triunfo de Dios y que entregan sus vidas a la gran causa de Cristo…cuan necesario es ser un ejemplo vivo de fe, cuan necesario es ser feliz, disciplinados, ser humildes y estar dispuestos a pedir perdón a nuestros hijos, adorar juntos… Y finalmente el amor, porque al final todo es vano sin amor, en el mundo el amor es la expresión visible de la fe en el triunfo de Dios, en el alma el amor cueste lo que cueste es el camino de la alegría…. Nuestro gran desafío es ser el tipo de iglesia y el tipo de padres que crían niños, que esperan el triunfo de Dios.
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