Corriendo cada paso con propósito

Publicado el 9 de mayo de 2023, 5:31

Todos los atletas se entrenan con disciplina. Lo hacen para ganar un premio que se desvanecerá, pero nosotros lo hacemos por un premio eterno. Por eso yo corro cada paso con propósito. No sólo doy golpes al aire. Disciplino mi cuerpo como lo hace un atleta, lo entreno para que haga lo que debe hacer. De lo contrario, temo que, después de predicarles a otros, yo mismo quede descalificado” 1ª Corintios 9:25-27 NTV

Pablo ilustró la vida cristiana como una carrera y como una lucha. El fue tajante al asegurar que la forma en que corremos y la forma en que peleamos harán la diferencia en si tenemos una participación en el evangelio (Romanos 1:16), y si obtenemos el premio del supremo llamado de Dios en Cristo Jesús (Filipenses 3:14), y si ganamos la corona de justicia y vida (2 Timoteo 4:7-8), o si somos descalificados de la carrera (2 Corintios 13:5)… dicho de otro modo, la vida no es un juego sin consecuencias duraderas. La forma en que vivimos nuestras vidas tiene consecuencias eternas. La vida es un campo de pruebas donde demostramos quiénes somos, en quién confiamos y qué apreciamos. La vida eterna, el llamado supremo, la corona de justicia: todo esto depende de lo que dice nuestra vida acerca de quiénes somos, en quién confiamos y qué amamos. Es un campo para mostrar cómo la belleza de Cristo nos lleva cautivos y nos constriñe a elegir correr por Su gloria.

La carrera de la vida tiene consecuencias eternas no porque seamos salvos por las obras, sino porque Cristo nos ha salvado de obras muertas para servir al Dios vivo y verdadero con pasión  (Hebreos 9:14). La carrera de la vida tiene consecuencias eternas no porque la gracia sea anulada por la forma en que corremos, sino porque la gracia es verificada por la forma en que corremos. “Por la gracia de Dios soy lo que soy y su gracia para conmigo no fue en vano, sino que trabajé [corrí, luché] más que todos, pero no fui yo, sino la gracia de Dios que estaba conmigo ” (1 Corintios 5:10). La vida eterna depende de la forma en que corremos y la forma en que luchamos, no porque la salvación se base en el mérito de las obras, sino porque la fe sin obras es muerta (Santiago 2:26).... La vida es un campo de pruebas para saber si la fe está viva o muerta, un campo de pruebas para saber en quién confiamos.

La forma en que corre un cristiano es única: corremos para obtener la vida eterna (1 Timoteo 6:12) porque ya hemos sido obtenidos para la vida eterna. Y nuestro correr por ella es la prueba de que hemos sido obtenidos para ella. La carrera y la lucha que glorifica a Dios, es aquella que demuestra que Él es real, digno, precioso, poderoso, puro, amoroso, santo y satisfactorio. Correr y luchar tienen que ver con revelar quién es Cristo para nosotros y quiénes somos nosotros en Él y cuán precioso es para nosotros el premio de la vida eterna con Él.

Valoración: 5 estrellas
2 votos

Añadir comentario

Comentarios

Todavía no hay comentarios