Dios nos llama a ser valientes para poder ser efectivos como cristianos, existen por lo menos dos obstáculos para alcanzar este propósito: el amor por la aceptación y la alabanza humana, y el amor por las comodidades y seguridades que el dinero puede comprar. ¿Qué tiene que pasar dentro nuestro para que se rompa el poder de estos dos amores? En Pablo había ocurrido este evento, estos dos amores ya no existían en su vida, pero ¿cómo lo logró? Él dice: "hablamos, no como para agradar a los hombres, sino a Dios, que examina nuestros corazones" y "ni buscamos gloria de los hombres, ni de vosotros ni de otros". Al estar libre de la necesidad de complacer a los hombres y de buscar la gloria y la alabanza otros, también está libre de la necesidad de adular y de engañar.
La adicción a la aceptación, el reconocimiento y la alabanza que hace cojear a tantas personas se había roto en la vida de Pablo, él era libre y, por lo tanto, podía ser audaz en su servicio a Cristo. Pero también estaba libre del amor por el dinero y las seguridades y comodidades que éste puede comprar. No le interesaba, y por lo tanto podía hablar con denuedo sin medir sus palabras para hacer alcanzar incluso a los más ricos, llegando incluso a “trabajar día y noche para no ser gravosos a ninguno” de este modo él anunció el evangelio a los Tesalonicenses. Entonces, al menos estas dos cosas tienen que suceder adentro si queremos ser audaces: tenemos que liberarnos de la necesidad de aceptación y alabanza humana, y tenemos que liberarnos de la necesidad de las comodidades y seguridades que el dinero puede comprar. Si somos libres, seremos audaces. Y el camino a la libertad es obtener tu aceptación de Dios y obtener tu alabanza de Dios, y obtener tu comodidad y seguridad de Dios. Pablo tenía su aprobación de Dios, no necesitaba la aprobación humana. Tenía su futuro en Dios, así que ninguna amenaza humana podría detener su coraje al llevar las buenas nuevas a los que estaban perdidos en sus delitos y transgresiones.
Amada iglesia, necesitamos audacia porque sin ella nuestra vida será en vano. Y nuestra audacia viene de Dios porque sólo Su aprobación puede quebrar el poder del anhelo de aprobación humana, y solo Su seguridad y consuelo pueden quebrar el miedo de perder la seguridad y consuelo humanos.
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