
“Porque te tomé de los confines de la tierra, y de tierras lejanas te llamé, y te dije: Mi siervo eres tú; te escogí, y no te deseché. No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia” Isaías 41:9-10
La iglesia de Cristo, ese grupo de hombres y mujeres que por la gracia de Dios han creído en el evangelio y han nacido de nuevo está siendo llamado a ser valientes, por Cristo fue dicho: “no se enciende una luz para ponerla debajo de un almud (canasto)” antes bien, es encendida para ser puesta en alto… Así con cada creyente, la luz de la presencia de Dios debe ser visible y no siempre será fácil hacerlo, algunas veces costará más, por ello somos llamados a ser valientes, a no tener temor. Cuando Dios te llama a estar libre de temor mientras vives como es digno del evangelio, cuando Dios te llama a no temer al perder algo que te ofrecía seguridad, al confrontar a alguien con el pecado en su vida, cuando te enfrentas a una operación o un tratamiento, cuando pierdes a un cónyuge o a un amigo, cuando Dios te llama a estar libre de temor, no deja este mandamiento en el aire. Él establece un fundamento firme debajo del mandamiento, esa es la naturaleza de todos los mandamientos bíblicos. Vienen con el apoyo divino.
- No temas, Dios está contigo;
- No temas, Dios es tu Dios;
- No temas, Dios te fortalecerá;
- No temas, Dios te ayudará;
- No temas, Dios te sostendrá.
Si la clave para la intrepidez y la valentía es creer que Dios es tu Dios y está con nosotros y nos fortalecerá, Él nos ayudará y nos sostendrá, entonces conocer la grandeza de este Dios intensificará nuestra fe y nuestra intrepidez, la manera como enfrentemos cada circunstancia demandante de valentía será el eco de la grandeza de Dios atesorada en nuestras vidas.
El llamado para nosotros esta mañana a que dejemos de definir y limitar nuestro futuro en términos de nuestras experiencias pasadas y comencemos a definirlo en términos de nuestro Dios. Somos llamados a reconocer que Dios es más grande que nuestra personalidad. Dios es más grande que nuestras pasadas experiencias de cobardía y ese Dios grande nos está llamando a la valentía gozosa. El factor crucial para una vida sin miedo no es tu familia, relaciones sociales o posesiones, sino Dios. “No se turbe vuestro corazón, creed en Dios”. ¡Cree en Dios! ¡Confía en Dios! ¡Que Dios sea tu Dios! Tu ayuda, tu fuerza. Él no te dejará antes bien, Él te sustentará con Su diestra de poder.
Añadir comentario
Comentarios