
Comprender y creer la verdad de que Dios es más glorificado en nosotros cuando estamos más satisfechos en Él es el mejor motor para impulsar y afectar todo lo que hacemos. Ya sea que coma, beba, trabaje, aconseje, descanse o haga cualquier otra cosa, nuestro objetivo debe ser glorificar a Dios a través de la manera en que hacemos lo que hacemos. Lo que significa que debemos actuar de manera que se evidencie cómo la gloria de Dios ha satisfecho los anhelos de nuestro corazón. Trágicamente, a la mayoría de nosotros se nos ha enseñado que el deber y no el deleite, es la manera de glorificar a Dios. Pero no se nos ha enseñado que el deleite en Dios es nuestro deber. Estar satisfecho en Dios no es un agregado opcional al verdadero deber cristiano. Es la demanda más básica de todas. "Deléitate en el Señor" (Salmo 37:4) no es una sugerencia sino un mandato. Lo mismo que: "Servid al Señor con alegría " (Salmo 100:2) y: " Gozaos en el Señor siempre" (Filipenses 4:4). La carga de nuestro llamado es dejar claro a los demás que "La misericordia del Señor es mejor que la vida" (Salmo 63:3). Y no sólo es mejor que la vida, es mejor que todo lo que ofrece la vida en este mundo. Esto significa que lo que satisface no son los dones de Dios, sino la gloria de Dios, la gloria de Su amor, la gloria de Su poder, la gloria de Su sabiduría, santidad, justicia, bondad y verdad.
Por eso el salmista exclamó: "¿A quién tengo en los cielos sino a ti? Y nada hay en la tierra que desee fuera de ti. Mi carne y mi corazón pueden desfallecer, pero Dios es la fortaleza de mi corazón y mi porción para siempre" (Salmo 73:25-26). Nada en la tierra—ninguno de los buenos dones de Dios de la creación—podría satisfacer el corazón de Asaf, sólo Dios podía. Igual que David cuando le dijo al Señor: "Tú eres mi Señor; no tengo ningún bien fuera de ti " (Salmo 16:2). David y Asaf enseñan por sus propios anhelos centrados en Dios que los dones de salud, riqueza y prosperidad no satisfacen, sólo Dios lo hace. Sería ingrato no agradecerle sus dones ("No olvides todos sus beneficios" Salmo 103:2); pero sería idolatría llamar amor a Dios al gozo que obtenemos de ellos. Cuando David le dijo al Señor: "En tu presencia hay plenitud de gozo, delicias en tu diestra para siempre" (Salmo 16:11), quiso decir que la cercanía a Dios mismo es la única experiencia que satisface todo del mundo. No es por los dones de Dios que David le anhela “Como anhela la cierva las corrientes de agua, así anhela mi alma por ti, oh Dios, por el Dios vivo ” (Salmo 42:1-2) sino porque sólo Dios puede satisfacer un corazón como el de David.
Amar a Dios significa: estar satisfecho en Él, amar a Dios incluirá obedecer todos Sus mandamientos; incluirá creer toda Su palabra; incluirá agradecerle por todos sus beneficios… pero sobre todo esto, la esencia de amar a Dios es disfrutar de todo lo que es Él. Ninguno de nosotros ha llegado a la perfecta satisfacción en Dios y por ello esta petición "Una cosa le he pedido al Señor, y esta buscaré; que esté en la casa del Señor todos los días de mi vida", para contemplar la hermosura del Señor, y para inquirir en Su templo” (Salmo 27:4) debería ser también nuestra.
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