Cuando el suelo se estremece bajo nuestros pies II

Publicado el 30 de julio de 2023, 4:29

Estad quietos y sabed que yo soy Dios” (Salmo 46:10). 

Muchos piensan que esta promesa anula nuestra responsabilidad de ser diligentes y consideran que es una invitación a no hacer nada y esperar a que Dios se encargue de sus problemas, contrario a esto “Estad quietos” es una reprensión antes de ser un consuelo. “Estad quietos y sabed que yo soy Dios”, no ustedes es una exhortacion a actuar con la convicción de que Él y no nosotros será exaltado, Él y no nosotros es quien hace la diferencia en nuestras circunstancias a través de nuestras obras. No veremos el obrar sobrenatural de la mano de Dios si insistimos en tratar de ser nuestro propio salvador, si continuamos tratando de resolver nuestros problemas con nuestra propia fuerza y ​​sabiduría. Él debe ser Dios, Él debe ser exaltado. Él debe ser nuestro refugio, nuestra fortaleza, nuestra ayuda presente. ¿Cuánto de nuestro miedo y ansiedad está enraizado, no en nuestras circunstancias, sino en nuestra autosuficiencia? Deja de preocuparte y quédate quieto. Encomiéndate a ti mismo, y este dolor, crisis o relación, a Dios.

El miedo y la ansiedad suelen resistir la quietud especialmente en los días que vivimos. No queremos que nos dejen solos para pensar en los problemas y las penas de nuestras vidas, así que tomamos nuestros teléfonos, vemos Netflix o ponemos música…. Para muchos el silencio sólo incrementa el miedo, a menos que la quietud se llene con la confianza de la fe. Nuestro Dios será ​​exaltado entre las naciones. Esta tierra y todo lo que hay en ella pasará (2 Pedro 3:10), pero no antes de que Dios sea exaltado aquí, no antes de que Su Nombre sea creído, disfrutado y exaltado en todas las naciones. Y Dios, el Rey de reyes y la Gloria de la historia de la humanidad, estará siempre con nosotros en nuestros terremotos y tormentas (Salmo 46:11).

Entonces, cuando la tierra comience a temblar bajo tus pies, no temas, estate firme en Su presencia y quédate quieto ante Dios. Entrega todos tus deseos de salvarte a ti mismo, y en su lugar escóndete en la fuerza y ​​el amor de Cristo… La adversidad es el tiempo para considerar los días que pasarás en Su presencia, después de que Él haya vencido a todos sus enemigos y renovado todo lo que el pecado rompió, incluso nosotros mismos. El fundamento del justo jamás será removido.

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