El engañoso camino de la popularidad

Publicado el 5 de agosto de 2023, 4:20

Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo” Filipenses 3:8

Cuando consideramos el intenso deseo del corazón humano por tener la aprobación de otros hombres entendemos la razón por la cual somos tan reacios a dar testimonio público de Cristo a los que nos son cercanos: anhelamos la aceptación y tememos el rechazo, por naturaleza somos dados a inclinarnos hacia cualquier cosa que pueda mejorar la percepción que los demás tienen de nosotros. Y eso difícilmente, nos llevará a llamarlos a arrepentirse de su pecado y creer en el evangelio. El apóstol Pablo vivió de manera diferente, al parecer se había liberado de la necesidad de ser querido, o incluso respetado. Donde fuera estaba anclado en la seguridad y satisfacción de conocer a Jesús, vivió y sirvió por encima de los índices de aprobación. Trabajó por la popularidad de otra persona, sin importar lo que esa popularidad le pudiera costar a él personalmente… él sencillamente escapo de la suntuosidad de la aprobación humana para caminar por el camino ignorado del Calvario hacia la libertad del miedo al hombre.

Pablo acepto el rechazo de la multitud, el abrazó su hostilidad porque no vivía por lo que pensaban de él, sino por lo que él pensaba de Jesús. Pablo no tomó decisiones para agradar a más personas, sino para que más personas amaran y siguieran a su Salvador. Al igual que Pedro y Juan, se rindió a Cristo, pase lo que pase, “No podemos dejar de hablar de lo que hemos visto y oído” (Hechos 4:20). La verdad que muchos creyentes voluntariamente deciden ignorar es que ya sea que el mundo nos aplauda o nos ataque, si no adoran a Jesús, morirán sin esperanza. Que nos aprueben o rechacen no afecta en nada nuestra eternidad, entonces ¿Renunciaremos a nuestra necesidad de ser amados para poder amar verdaderamente a los perdidos?  Con el tiempo, es posible que a algunas personas nos aprecien e incluso admiren nuestra “espiritualidad”, pero podemos estar seguros que algunos nos odiarán. Odiarán lo que creemos, así como las decisiones que tomamos por lo que creemos. Jesús promete: “Seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre, pero el que persevere hasta el fin, ése será salvo” (Marcos 13:10-13).

De los apóstoles aprendemos que es necesario tener cuidado con los elogios y con las críticas. Pero, sobre todo, estar contentos con lo que Dios dice de nosotros porque estamos en Cristo. Por tanto, encuentra tu identidad y confianza en Él, no en lo que la gente piense de ti o en tu estado aquí en esta vida. Esto es lo que te liberará para decirle al mundo el hermoso y ofensivo mensaje que necesitan escuchar desesperadamente.

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