Viviendo el hoy pensando en el mañana

Publicado el 22 de agosto de 2023, 6:20

“Mira, yo he puesto delante de ti hoy la vida y el bien, la muerte y el mal;  porque yo te mando hoy que ames a Jehová tu Dios, que andes en sus caminos, y guardes sus mandamientos, sus estatutos y sus decretos, para que vivas y seas multiplicado, y Jehová tu Dios te bendiga en la tierra a la cual entras para tomar posesión de ella. A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia” Deuteronomio 30:15-16, 19

Considerando lo dicho por Dios a través de Moisés, es necesario preguntar ¿Tomas las de decisiones de hoy considerando el impacto que tendrán sobre el futuro? Cuando ordenas tus prioridades y formas tus hábitos ¿piensas en tus hijos, tus nietos, en cómo te recordarán y en la clase de carácter que heredaran de ti? ¿Piensas en que cada decisión que tomas no te afecta solo a ti? Esta es la clase de preguntas que debemos tener en mente cuando pensamos en lo que haremos hoy. Nuestras decisiones son importantes ahora, y lo serán también mañana… son nuestro legado. Por lo general las personas suelen dedicar más tiempo a planear su herencia material que la espiritual. Nuestro legado de fe, compasión, gratitud, perseverancia, perdón, paciencia y amor debería diseñarse con cuidado y luego transmitirse en forma intencionada. Al decidir vivir hoy como si el mañana de otra persona dependiera de tu vivir de hoy. Esto pareció importante para Moisés cuando se encontraba cerca del fin de su vida… él quiso alentar al pueblo de Dios a tomar las decisiones presentes considerando el futuro.

Me pregunto si los padres que escucharon a Moisés consideraron lo que Dios les estaba ofreciendo: la vida; si miraron a sus hijos y los imaginaron ya crecidos siendo bendecidos por causa de la obediencia de sus padres… un papá y una mamá decidieron vivir como agradaba al Señor. Me pregunto si pensaron en el futuro al considerar la segunda alternativa: la muerte. Tomar esta decisión también tendría consecuencias: la pérdida del favor de Dios, la inseguridad de vivir fuera de Su protección… Efectos espantosos y duraderos. ¿Acaso alguno escogería afirmarse en su maldad aun sabiendo las consecuencias? ¿Habría alguien capaz de desperdiciar la oportunidad de dejar un legado firme y piadoso para sus hijos, con todas las bendiciones y el favor de Dios tanto para ellos como para las generaciones que vendrían después de ellos? Sí, lamentablemente sí. Y nosotros también consciente o inconscientemente lo hacemos cada vez que tomamos decisiones pequeñas y cotidianas contrarias a los propósitos, los planes y las promesas de Dios. Firmamos una herencia que se corrompe y se apolilla, y que recibirán un día aquellos a quienes Dios nos ha confiado: nuestros hijos. Cuando ignoramos las prioridades divinas y tomamos decisiones insensatas y egoístas sin pensar en los demás, corrompemos el legado que transmitiremos.

Sin importar el legado que hayas recibido de tus padres, puedes escoger un mejor legado para tus hijos. Aun puedes reorganizar las clases de regalos que deseas dejar a tus hijos. Es tu oportunidad de dejar un legado, un legado diferente, un legado nuevo… y todo comienza hoy. Hoy tienes la oportunidad de ver las decisiones tal vez como pequeñas, pero importantes entre la vida y la muerte ¿Acaso hay que pensar mucho para escoger? ¡Vamos, escoge la vida… Tu legado depende de ello!

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