La gloria del evangelio II

Publicado el 30 de agosto de 2023, 3:59

Estando siempre preparados para presentar defensa ante cualquiera que os pida razón de la esperanza que hay en vosotros” 1 Pedro 3:15

Si alguna vez alguien te pregunta la razón de la esperanza que hay en ti es porque, evidentemente, estás viviendo de tal manera que no parece que estés esperando las mismas cosas que el mundo espera. Si vives esperando las mismas cosas que el mundo espera, nadie te hará esa pregunta porque ya saben la respuesta: viven de esa manera. Evidentemente, hay una vida que se ve tan diferente en términos de amor sacrificial y abnegado, sustentada por una satisfacción en Dios, que hace que el mundo diga: “Yo no vivo así”. Fuiste creado y justificado para hacer que la gente te mire y le dé gloria a tu Padre que está en el cielo

Dice Lucas 2:10-14: Y el ángel les dijo: “No temáis, porque he aquí os traigo una buena noticia de gran gozo que será para todo el pueblo. Porque os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor. Y esto os servirá de señal: encontraréis a un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre. Y de repente se apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, alabando a Dios y diciendo: ¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a aquellos en quienes Él se complace!” Jesús vino al mundo como un bebé para producir alabanza de los ángeles, Él obtiene la gloria y nosotros la paz. Es la mejor oferta que puedas imaginar… pero nosotros siempre estamos tratando de conseguir la gloria. Y si pensamos de esa manera aún no somos salvos. La encarnación es para la gloria de Dios. 

2 Corintios 5:15 “Y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para Aquel que murió y resucitó por ellosCristo murió para que pudiéramos vivir para Cristo.  Él es quien da a todos los hombres vida, aliento y todo. Dios seguirá siendo el benefactor en esta relación, Él nunca se convertirá en un Dios necesitado. Nunca podremos satisfacer sus necesidades, nunca podremos trabajar para mejorarlo a Él o enriquecerlo… siempre somos receptores, Él es siempre el dador. El dador obtiene la gloria y nosotros el gozo. Ése es el mejor trato del mundo. Y entonces, está esta verdad “Él murió por nosotros para que vivamos para Él”. Y no es en el sentido de: “Oh, pobre Jesús, cuanto necesita que trabaje para Él”.

Ese es el evangelio: no se necesita ayuda. Dios está diciendo: “Soy Dios, no necesito tu ayuda. Si quieres glorificarme, sé vacío y déjame estar lleno. Si tratas de ayudarme me estás deshonrando”. Entonces, cuando Pablo dice: “por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí”, no significa que ahora comiencen a trabajar para él. Significa que ahora empiezan a magnificarlo, a alabarlo, a mostrar Su gloria, a estar satisfechos en Él y así reflejar Su valor infinito. Entonces la cruz tiene que ver con la gloria de Dios y no con nuestro mejor momento aquí y ahora.

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