
“Pero lejos esté de mí gloriarme sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo. . .” Gálatas 6:14
La cruz, debe ser el lugar donde el Señor resplandezca con mayor intensidad. Si solo debo gloriarme en el Señor, y aun así solo debo gloriarme en la cruz, la cruz debe ser la cúspide, el pináculo, el clímax de todo lo que este gran Señor Jesús representa.
Cuán prevalente se está haciendo en nuestros días la enseñanza de la autoestima mediante la cual se hace que la cruz esté al servicio de tu valía. La gente dice: “Mira lo que pagó por ti, mira lo valioso que eres. Eres un diamante en bruto”. No pienses en la cruz como si Dios estuviera lidiando con el problema de cómo encontrar un pago lo suficientemente alto como para conseguirte a ti. Más bien, la cruz es una solución al problema de cómo podría encontrar un sacrificio lo suficientemente grande como para reestablecer la justicia de Dios por haber hecho la cosa abominable de justificarte a ti, eso es lo que dice Proverbios 17:15 que habla de un tribunal humano: “tanto el que justifica al impío como el que condena al justo son abominación al Señor”
Si estás en un tribunal de justicia y dices a quien es culpable: “No culpable”, eres abominable. Deberías salir de la sala del tribunal. Pensaríamos: "Necesitamos un nuevo juez que juzgue con justicia". Y Dios mira a un mundo de gente impía que merece sufrir para siempre a causa de su traición y su desprecio contra Él, y Su corazón rebosa misericordia. Y forja una manera de poder ser a la vez justo y justificador de aquellos que son impíos. Entonces, no se trata de tu valor. Se trata de la gloria de Dios y de cómo se debe vindicar Su justicia. En Romanos 3:23-26 Pablo escribe: “Todos pecaron (eso te incluye a ti) y están destituidos (carecen) de la gloria de Dios, y son justificados (declarados inocentes y justos) por Su gracia como don, mediante la redención que es en Cristo Jesús, quien Dios presentó como propiciación (eliminación de la ira de Dios), para ser recibido por la fe. Esto fue para mostrar la justicia de Dios, porque en su divina paciencia había pasado por alto los pecados anteriores”.
¿Cómo puede un Dios justo perdonar a los pecadores y no volverse injusto? A nadie en este tiempo le importa ese problema. Tenemos exactamente lo contrario. Nosotros hemos invertido ese interrogante, pensamos: "¿Cómo puede Dios tratarme mal y ser justo?" Tenemos nuestro puño en la cara de Dios todo el día. Alguien pierde su trabajo y piensa: "¿Dónde estás Dios?" Alguien pierde un hijo y piensa: "¿Dónde estás Dios?" Alguien pierde un matrimonio y piensa: "¿Dónde estás Dios?"… parece que Dios menosprecia Su gloria cuando toma a personas que han pisoteado Su gloria toda su vida para salvarles del castigo que merecen. Dios sería injusto si tratara Su gloria con tan poca consideración, esa es la razón por la que la cruz no fue poca cosa… es terrible lo que allí sucedió, eso es cierto, entonces la cruz no es el eco de tu valor sino la muestra de la gracia de Dios.
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