Una vida que no se desperdicia

Publicado el 4 de octubre de 2023, 6:28

¿Te sientes más amado porque Dios te engrandece o porque te permite disfrutar de engrandecerlo a Él para siempre? el amor es el hecho de que Dios hace lo que debe hacer a un gran costo para Sí mismo, y a veces para nosotros, para cautivarnos con lo que nos hará eterna y plenamente satisfechos, es decir, Él mismo.  El amor no es hacer que las personas se sientan bien consigo mismas; es hacer que la gente ame a Dios y esté satisfecha con Dios. Esta es la razón de que Dios sea celoso de Su gloria. Porque lo único que satisfará nuestras almas para siempre es Él, no nosotros. Dice Jhon Piper: “el cielo no es un salón de espejos” La gente piensa: que si pueden pensar bien de sí mismos o aceptar y amar lo que ven en el espejo entonces podrán ser mejores en lo que hacen y se tratarán bien unos a otros. Esto no es más que un sustituto barato para aquello por lo que Cristo murió: Él no murió para hombres y mujeres estuvieran satisfechos no en sí mismos, sino en Dios. La gran experiencia de la vida no es mirarse al espejo y que te guste lo que ves, sino estar cautivado por Dios.

Dado que nada en la vida se desperdicia en el servicio de Cristo, por lo tanto, lo primero a hacer en este camino hacia la satisfacción es someterte a la voluntad soberana de Dios. Sométete a la soberanía de Dios. Simplemente ordena tu vida bajo un Dios enorme. No es necesario que tenga respuestas a todas las preguntas, tan sólo sométete al gobierno soberano de Dios en tu vida. En segunda instancia, arrepiéntete de la arrogancia y la autoexaltación de creer que puedes dirigir tu vida y frustrar los propósitos de Dios. No puedes, al respecto dice Santiago 4:13-16: “Venid ahora, vosotros que decís: “Hoy o mañana iremos a tal o cual ciudad y pasaremos allí un año y comerciaremos y obtendremos ganancias”, pero no sabéis lo que nos deparará el mañana. ¿Qué es tu vida? Porque eres una niebla que aparece por un poco de tiempo y luego se desvanece. Más bien deberíais decir: “Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello”. Nos jactamos, tal vez no con las mismas palabras, pero lo hacemos… tenemos nuestra vida “planeada” lo único que necesitamos de Dios es que coloque un visto bueno en lo que hemos decidido que haremos. Esto es ofensivo ante Dios por tanto arrepiéntete de tu orgullo, de tu autosuficiencia, de tu autodeterminación, de tu autoexaltación y corre a Cristo por todos los pecados, todos los fracasos y toda la arrogancia. Sólo hay una esperanza para un pecador como tú y yo: Cristo murió por mis pecados.  Cuando simplemente me aferro a Él, me apoyo en Él, descanso en Él, Él me reviste con Su justicia y perdona todos mis pecados. Esa es la única esperanza de encontrar un camino a seguir. Aceptar Su propósito soberano de mostrar Su gloria en tu vida es lo que te llevará a la realización. Vive de tal manera que tu vida muestre el valor de Cristo. Que tu conducta proclame sin palabras que Cristo es atesorado por tí, que vean Su valor y Su gloria. Esa es la vida no desperdiciada, una vida que hace todo lo posible para magnificar el valor infinito de Jesús.

La forma en que demuestras que Cristo es valioso es deleitándote en Él, estando satisfecho en Él sobre todas las cosas, profundizando en la Biblia para verlo a Él y Sus magníficos caminos, amando Su belleza, Su rectitud, Su justicia y Su verdad, Su gracia, Su soberanía, Su santidad y Su poder. Cuando eso sucede, cuando tu corazón está satisfecho en Cristo, Él es magnificado en tu vida y has logrado aquello para lo cual fuiste creado y tu vida no es desperdiciada. Él obtiene toda la gloria y tú obtienes toda la alegría. Es el mejor de todos los arreglos posibles. En respuesta a la pregunta de ayer: NO, Dios no es ególatra. Él sólo quiere darnos lo que es absolutamente mejor para nosotros, Él mismo, Él es el bien Supremo… atesorarlo a Él es lo que nos hará bienaventurados.

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