Evitando la tragedia de la falsa conversión

Publicado el 31 de octubre de 2023, 6:08

Aun cuando no existe ninguna fórmula infalible que consiga la salvación de ningún ser humano, la Biblia nos enseña que si un niño se arrepiente verdaderamente y confía en el Salvador, Dios iniciará una buena obra en él, que Él mismo terminará. Nuestro papel como padres es asegurar que realmente sea nacido de Dios, y no de la voluntad humana. Demasiadas personas en la iglesia piensan que lo único que se necesita para que cualquier niño sea salvo es que “invite a Jesucristo a su corazónEso pudiera sonar a buena doctrina, pero no es bíblico. Esta confusión respecto a la necesidad de una conversión genuina generalmente se debe a una falta de conciencia respecto a la realidad de la conversión falsa.

Muchos son los convertidos que hoy vienen a Jesucristo por los beneficios que se les prometen, la motivación bíblica para venir al Salvador es que hemos pecado contra Dios, y, por tanto, necesitamos misericordia. Alguien dijo una vez: “Lo más importante es que los padres les puedan enseñar a sus hijos es cómo vivir sin ellos” Eso es cierto… en esta vida. Sí queremos que nuestros hijos aprendan a caminar solos. Sin embargo, hay algo infinitamente más importante: dónde pasarán la eternidad -en el cielo o en el infierno. Una confusión respecto a la conversión bíblica puede ocasionar gran daño a esa causa. Todo el que venga a Cristo, incluyendo a un niño, debe tener conciencia de pecado y experimentar el arrepentimiento bíblico. Cuando un niño no llega a ese punto de verdadero arrepentimiento, no nos debe sorprender que se “aleje” de la fe cuando enfrente las tentaciones del mundo.

Hay un momento oportuno para la conversión de cada uno de tus hijos. Ese momento está en las manos de Dios. No vendrán a Cristo antes de ese momento, porque no pueden. Ninguno puede venir al Hijo a menos que el Padre le llame (Juan 6:44). Así que no te adelantes al Señor, conduciendo a tus hijos a una falsa conversión. Ten la seguridad que Dios no desea que tus hijos perezcan. Él quiere que vengan al arrepentimiento: “El Señor no retrasa su promesa, como algunos lo tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento” (2 Pedro 3:9) las palabras “ninguno” y “todos” incluye a tus hijos. La Escritura también dice que “Dios quiere que todos sean salvos y lleguen al conocimiento de la verdad” (1 Timoteo 2:4). Estas son promesas hechas por un Dios que no puede mentir. Así que si existe alguna promesa en la que tú y yo debemos plantarnos firmemente, es la promesa de que Dios obrará para la salvación de nuestros hijos.

Escrito por: Ray Confort, Living Waters Publications

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