
“Vanidad de vanidades, dijo el Predicador; vanidad de vanidades, todo es vanidad. ¿Qué provecho tiene el hombre de todo su trabajo con que se afana debajo del sol?” Eclesiastés 1:2-3
Salomón por la gracia de Dios gozó de muchos privilegios: se le consideró el hombre más sabio de su época. Tanto que le visitaban reyes de otras naciones para escucharle. Igualmente, tuvo todas posesiones materiales que deseó y poseyó un harén de unas 1,000 mujeres… más tarde influenciado por muchas de sus mujeres, honró a otros dioses, esto lo condujo a la decadencia, aunque al final de su vida reconoce que nada en la vida lo llenó, sólo la fe en el único Dios y creador del universo. De Salomón aprendemos que la vanidad del mundo no puede hacernos felices, y acerca de la vileza del pecado y su acertada tendencia a hacernos desgraciados. Ningún bien creado puede satisfacer al alma puesto que la felicidad sólo puede hallarse en Dios… esta vida debajo del sol sin Dios, es nada. Nada llena, nada suple las necesidades del alma sino Dios. Todo lo que se nos presenta en la vida tiene un propósito vacío.
Salomón trató varias opciones, como la risa, el alcohol, la construcción de grandes obras, acumulación de riquezas, muchas mujeres, etc., pero no encontró satisfacción. Son sólo logros momentáneos, que no producen plenitud para el alma, en nuestra mente y corazón pensamos que son cosas que necesitamos, los constituimos en ídolos. Pero finalmente las cosas materiales que logramos en esta vida no tienen sentido, pero las obras que hacemos para la gloria de Dios nos siguen a la eternidad, por lo que el evangelio de Cristo es la respuesta a nuestra búsqueda de significado y propósito. En el ocaso de su vida Salomón propone no buscar debajo del sol. Nada ni nadie tiene la esencia para satisfacer tus deseos, ni darle propósito y significado a tu vida. Él lo ha probado todo y concluye diciendo que debajo del sol no hay nada que buscar, la solución está en Dios, temer a Dios, ser obediente a Dios, y guardar sus mandamientos para encontrar propósito y significado para tu vida. Porque el temor a Dios es el principio de la sabiduría.
El llamado de Salomón es que nos acerquemos a Dios, nos arrepintamos de nuestros pecados y seamos obediente a sus mandamientos. No hay nada más importante en el hombre que el temor a Dios y el guardar sus mandamientos, y esto nos dará propósito y significado a nuestra vida. Salomón recomienda acercarse a Dios temprano, siendo joven, porque el mundo y la vida, no cumplen lo que promete. Los placeres del mundo no satisfacen el alma, mientras que la relación cercana con Dios si cumple lo que promete y te llena de satisfacción y gozo. Salomón, que lo tuvo todo y en grandes cantidades, de las cosas sencillas que Dios provee. No es necesario la búsqueda de grandes cosas, lo que necesitamos es de mayor gratitud a Dios por las cosas que ya tenemos. Aunque muchas veces trató por sus propias fuerzas buscar el propósito y significado de la vida, al final reconoce que Dios es soberano y es el único que puede proveer significado y propósito para tu vida. Oh Señor no permitas que desperdiciemos nuestra vida en la búsqueda equivocada. Que en ti yo pueda encontrar propósito y significado para mi vida. Amén
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