Dando como Dios da

Publicado el 14 de noviembre de 2023, 3:26

Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos” 2 Corintios 8:9

Los mejores argumentos de los deberes cristianos se extraen de la gracia y del amor de Cristo, quien, aun siendo rico, siendo Dios, igual en poder y gloria con el Padre, no solo se hizo hombre por nosotros, sino también se hizo pobre. Se despojó a sí mismo, para rescatar las almas de todos a través de Su sacrificio en la cruz. En el pasaje de hoy no solo vemos la manera como Cristo dio de Sí mismo, también podemos ver la motivación y amor de Cristo, la abundancia de Su gracia. Nosotros no damos de esa misma manera porque simplemente no amamos de igual manera. Tenemos falta de amor y no damos de manera proporcional a como hemos recibido, porque hemos recibido Su gracia, Su amor, Su perdón y Sus bendiciones que se traducen en bienes materiales. Dios Padre nos ha dado el universo para que lo administremos, luego por amor a nosotros y por nuestra rebeldía nos dio lo más preciado, nos dio a Su propio hijo, para redimir nuestros pecados y reconciliarnos con Él mismo a través del sacrificio de Cristo en la cruz. Hizo un intercambio, Su hijo por nosotros.

Muchos piensan, principalmente los de la doctrina de la prosperidad, que con dar a la iglesia ganan puntos con Dios, pero ellos sólo están recibiendo el aplauso de los hombres, porque al igual que con Ananías y Safira Dios conoce lo que hay en sus corazones (Hechos 5:1-11). Mientras que el que da con sinceridad para la obra de Dios, recibe la gracia de Dios. Cuando Pablo dice que Cristo siendo rico se hizo pobre para hacernos ricos, es estrictamente en términos espirituales, él trata de explicar que Cristo dejó Su gloria, dejó de ser Dios, dejó de ser adorado para ser hombre y en vez de ser adorado ser acusado, perseguido, azotado y crucificado. De ser bendito a ser maldito en la muerte de cruz. Él fue rechazado para que yo fuera aceptado. Este fue un glorioso intercambio, Él cambió Su gloria por nuestras vidas. Y por eso, los que pierden todo serán coherederos con Cristo.

Nuestros días pueden ser contados como los de mayor apostasía de la historia, el hombre es extremadamente egoísta, centrado en sí mismo y en la obtención de bienes materiales para mejorar su “calidad de vida”, por esto muchos rechazan contribuir para la obra de Dios. Y, en otro extremo están los promotores del evangelio de la prosperidad aprovechando este versículo: “el que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará” … sacándolo de contexto para estimular la avaricia de hombres y mujeres que creen que es necesario ofrendar para que Dios los bendiga, al dar pecan contra Dios porque no lo hacen por amor a la iglesia sino por amor a sí mismos. De Dios tenemos el ejemplo de cómo se debe dar: no con tristeza, ni por necesidad sino con alegría.

Valoración: 3.6666666666667 estrellas
3 votos

Añadir comentario

Comentarios

Todavía no hay comentarios