Verdaderamente libres

Publicado el 18 de noviembre de 2023, 5:46

Entonces Jesús decía a los judíos que habían creído en Él: «Si ustedes permanecen en Mi palabra, verdaderamente son Mis discípulos; y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres»” Juan 8:31-32

En el pasaje del día de hoy, Juan narra que Cristo hablaba a los judíos de libertad espiritual, pero nada es más cierto en esta vida que el hecho de que un corazón carnal es incapaz de sentir otro pesar aparte de los que afectan al cuerpo y perturban sus asuntos mundanos. Cristo les decía que, si a ellos se les habla de su libertad física, asuntos de negocios, cuestiones políticas, sus tradiciones, en fin, las cosas terrenales ellos las entenderían muy bien… pero, si se les habla de la esclavitud del pecado, de la cautividad con Satanás y de la libertad con Cristo, del mal hecho a sus almas, y el riesgo de su bienestar eterno, entonces no lo entenderían. Jesús les recordó claramente que la persona que practica cualquier pecado es, efectivamente, un esclavo de pecado, como era el caso de la mayoría a quienes les hablaba. Cristo nos ofrece libertad en el evangelio; tiene poder para darla, y aquellos a quienes Cristo hace libres, realmente lo son. Sin embargo, a menudo vemos a las personas que discutir sobre libertades de toda clase mientras son esclavos de algún habito pecaminoso.

Los judíos que escuchaban a Jesús lo contradecían diciéndole que ellos nunca habían sido esclavos, porque eran descendientes de Abraham. Sin embargo, Jesús les decía que sus esperanzas eran falsas, ya que esa libertad de que hablaban no era la libertad de que hablaba Jesús, ya que Jesús les hablaba de libertad espiritual. En día a día vemos que nosotros por naturaleza estamos inclinados a preferir y desear cosas que son temporales y que de ningún modo podemos llevar a la eternidad… Si nuestras esperanzas están fundamentadas en las bendiciones materiales, estamos perdidos, porque las promesas de Cristo son bendiciones para la próxima vida, en la vida celestial. Estamos predispuestos a un Mesías de poderes materiales y no a uno espiritual, por lo que seguimos siendo esclavos. Por causa del pecado no estamos satisfechos, estamos atados o esclavizados al pecado. Sin Cristo seremos eternamente inútiles, pero en Cristo tenemos la esperanza correcta y un mejor camino.

La libertad en Dios es para los discípulos, aquellos que están dispuestos a escuchar y a creer, pero profundizando un poco más la libertad en Dios es para verdaderos discípulos. Los fariseos creían en Dios, pero tenían otras prioridades y otra visión acerca de Cristo. El verdadero discípulo encuentra satisfacción en Cristo, aunque las circunstancias sean adversas. Pero yendo un poco más allá, la libertad en Dios es para verdaderos discípulos que permanecen firmes en la verdad de Su Palabra… para discípulos que conocen la verdad. No la verdad del intelecto, sino la verdad de reconocer nuestra esclavitud, y el arrepentimiento y la aceptación del señorío de Cristo en nuestra vida… esa la clave de la verdadera libertad. Hoy es el día para decidir que las cosas temporales de esta vida no son importantes, que lo que queremos es a Cristo… hoy es el día para conocer la verdad y ser verdaderamente libres. Amado Señor y Dios, fortalece nuestra fe. Perdóname por amar las cosas de este mundo y no la entrega y sacrificios de Cristo. Limpia oh Señor mi corazón de ese sentimiento y dame a Cristo quien es la verdad, la vida y el camino para ser libre. Amén

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