
“Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios. Pues está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios, Y desecharé el entendimiento de los entendidos. ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo? Pues ya que, en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación” 1 Corintios 5:18-21
La predicación de Jesús crucificado es la suma y la sustancia del evangelio. Cristo crucificado es el fundamento de todas nuestras esperanzas, la fuente de todo nuestro gozo. Nosotros vivimos por Su muerte. La predicación de la salvación de los pecadores perdidos por los sufrimientos y la muerte del Hijo de Dios, si se explica y aplica fielmente, parece locura para los que van por el camino de la destrucción. Porque, aunque resulte incómodo para muchos, lo cierto es que Dios permite al hombre seguir los dictados de su razón jactanciosa, y este hecho ha demostrado que la sabiduría humana es necedad, e incapaz de encontrar o retener la verdad acerca de Dios. Por ello agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación. No porque la predicación sea loca, sino que la cosa predicada es locura para aquellos “sabios” según el mundo. El evangelio siempre fue, y será necedad para todos los que van por el camino de la destrucción. El mensaje de la cruz, ha sido siempre la prueba definitiva por la cual los hombres pueden saber por cuál camino viajan… el mensaje que anuncia la obra de Dios hecho hombre que con Su sangre compra a Su iglesia, para salvar a multitudes (a todos los que creen) de la ignorancia, el engaño y el vicio, ha sido bendecida en toda época porque los instrumentos más débiles que Dios usa, son más fuertes en sus efectos que los hombres más fuertes.
Dios ha decidido que nadie sea salvado por medio de grandes conocimientos científicos, sino por el acto sencillo y ordinario de la predicación de Su Palabra. Sustituir la predicación del evangelio no podrá llevar a nadie arrepentido a los pies de Cristo. No venimos a la iglesia a escuchar un mensaje positivo que nos haga descansar del estrés, venimos a la iglesia a escuchar el mensaje de Dios, de Cristo crucificado, cuya muerte fue utilizada para nuestra salvación. La teología de la cruz no solo transforma nuestra perspectiva de la vida, sino también transforma nuestra perspectiva del amor de Dios que es diferente al amor que nosotros conocemos: Dios no se mueve por aquello que le parece atractivo, Dios escoge lo repulsivo para hacerlo puro y santo, para transformarlo… ninguno de los que hoy son llamado nación santa y linaje escogido fue seleccionado por tener esas cualidades, antes cada uno de los redimidos fue lo débil, lo necio y lo vil del mundo y a Dios le plació derramar Su gracia en nosotros para lavarnos y hacernos Su especial tesoro, no vivimos para nosotros mismos o nuestros propósitos: anunciar las virtudes de Aquel que nos amó y se entregó en la cruz para darnos salvación... y tú, en qué camino estás viajando?
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