
Conocer a Dios íntimamente requiere sufrir proporcionalmente ya que, a mayor sufrimiento, mayor conocimiento de Él, siempre y cuando hayamos aprendido a sufrir bien. Dice Filipenses 3:10 “y conocerlo a Él, el poder de Su resurrección y la participación en Sus padecimientos, llegando a ser como Él en Su muerte”, aquí Pablo dice que la única forma para él llegar a conocer el poder que levantó a Cristo de entre los muertos era si pasaba por experiencias tan debilitantes en su vida que solo el poder de Dios pudiera sostenerlo. Aquí, la palabra “conocer” significa conocer a alguien más íntimamente a través de vivir experiencias cercanas con esa persona. Pablo quiere tener nuevas experiencias con Cristo, cada vez más íntimas y más profundas, pero está consciente que esas experiencias solo pueden ser vividas siendo capacitado por medio del poder que resucitó a Cristo entre los muertos.
El poder de su resurrección no es un hecho histórico del pasado solamente. Es un poder dinámico que Cristo ejerce sobre nosotros a través de Su Espíritu y que pone a nuestra disposición precisamente para formar Su imagen en nosotros; a esto es que llamamos santificación. Pablo parece insinuar que la manera como yo experimento el poder de Su resurrección es a través de la participación en Sus padecimientos. Es ese poder que me permite soportar y conquistar las dificultades por las que atravesamos (2 Corintios 4:7-10). Romanos 5:3-4b dice, “Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, carácter probado…” Cuando consideramos la experiencia de Job, los tres amigos de Job que estaban se convirtieron en sus acusadores estando seguros de que sus argumentos teológicos eran los correctos (Job 42:7). Durante los argumentos, parecía que lo que Job decía estaba equivocado; pero al final, Dios afirma que el único que opinó bien de Dios fue Job ¿cómo conoció Job a Dios de esa manera? Él formó ese conocimiento de Dios que sus amigos no tenían a través de sus experiencias de dolor.
Nosotros podemos tener preguntas; pero Dios no nos debe respuestas porque Su propósito número uno no es que yo conozca por qué Él hace lo que hace, sino revelar Su carácter porque es conocerle a Él lo que llena todas mis insatisfacciones y todas mis necesidades y anhelos. Dios gobierna el universo con una sabiduría inescrutable (Romanos 11)… es imposible saber lo que Dios está haciendo porque Él es indescifrable, pero absolutamente confiable.
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