Dios hecho hombre ¿Tiene sentido?

Publicado el 25 de diciembre de 2023, 6:21

La encarnación es una de las obras más inexplicables e inentendibles de Dios. ¿por qué Dios se haría hombre y nacería de una manera tan humilde y dejaría que los hombres lo trataran de la manera en que lo hicieron? ¿Por qué Jesús, aunque “El es antes de todas las cosas» (Colosenses 1:17), y aunque ocupa «el primer lugar en todo” (Colosenses 1:18), decidió venir a la tierra como un bebé, sufrir el abuso que sufrió, y morir tan dolorosamente? Pablo da un explicación sencilla pero contundente: “Porque agradó al Padre…. reconciliar todas las cosas consigo, habiendo hecho la paz por medio de la sangre de Su cruz” (Colosenses 1:19-20). Lo hizo para hacer la paz entre Dios y la humanidad. Todos nosotros hemos pecado, y pecamos repetidamente: “No hay ninguno justo, ni siquiera uno” (Romanos 3:10). “Todos han pecado y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 2:23). Dios odia el pecado y debe responder con Su ira. Es un juez justo que “se indigna cada día contra el impío” (Salmo 7:11). La humanidad reacciona con más odio, rebelión o indiferencia hacia Dios: “No hay temor de Dios ante sus ojos” (Romanos 3:18). La única respuesta posible de un Dios santo a nuestro pecado es más de lo que podemos soportar, porque “la paga del pecado es la muerte” (Romanos 6:23) Y si el impío no se arrepiente, “Él afilará su espada; tensado y preparado está su arco” (Salmo 7:12).

Sólo Jesús, porque sólo Él es Dios y hombre, podría resolver el conflicto. Vivió como un hombre, pero sin pecado, sufriendo todas las tentaciones comunes al hombre, para poder ser nuestro sumo sacerdote compasivo: “Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, sino uno que ha sido tentado en todo como nosotros, pero sin pecado” (Hebreos 4:15). Y aunque no tenía pecado, murió como sacrificio, el Cordero de Dios sin mancha (Juan 1:29), una ofrenda que llevaba nuestro pecado: “así también Cristo, habiendo sido ofrecido una vez para llevar los pecados de muchos, aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvación de los que ansiosamente le esperan” (Hebreos 9:28). Así, “y habiendo sido hecho perfecto, vino a ser fuente de eterna salvación para todos los que le obedecen” (Hebreos 5:9). En otras palabras, Él toma la mano de un pecador arrepentido que cede y la mano extendida de un Dios santo pero amoroso, y Él se une a los dos. Él puede perdonar nuestros pecados, reconciliarnos con Dios, y así hacer “la paz por la sangre de su cruz” (Colosenses 1:20). Y Dios no es reacio a que eso ocurra; más bien es la misma razón por la que envió a Cristo al mundo.

Dios está justificadamente enojado con el pecado de la humanidad. Sin embargo, nos ama lo suficiente como para dar a su propio Hijo para que viviera en la tierra, muriera en una cruz, y cargara con nuestros pecados en su propio cuerpo, sufriendo todo el peso de la ira de Dios, que debería haber sido nuestra suerte. Él pagó nuestro castigo y restauró la paz entre nosotros y Dios. No se podría haber hecho de otra manera… al considerar toda esta verdad revelada por las Escrituras es imposible celebrar verdaderamente el nacimiento milagroso de Cristo sin Su muerte, porque sería una celebración incompleta.

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