Te costará todo, pero no te faltará nada

Publicado el 27 de diciembre de 2023, 4:00

“El reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en el campo, que, al encontrarlo un hombre, lo vuelve a esconder, y de alegría por ello, va, vende todo lo que tiene y compra aquel campo. El reino de los cielos también es semejante a un mercader que busca perlas finas, y al encontrar una perla de gran valor, fue y vendió todo lo que tenía y la compróMateo 13:44-46

Es curioso observar que ninguno de estos dos hombres hereda su tesoro, no les llegó automáticamente… cada uno tuvo que pagar un enorme precio para obtenerlo. Que Jesús hiciera hincapié en este detalle era importante para la audiencia porque muchos judíos creían que podían esperar la salvación en virtud de nacer judíos, así como mucha gente hoy en día cree que su herencia los salvará: Nací en un hogar cristiano, fui a una escuela cristiana, y he sido miembro de esta iglesia desde que tengo memoria… Es interesante lo que Pedro dice en su primer discurso luego de pentecostés, en Hechos 2:38-39 Pedro les dijo: “Arrepentíos y sed bautizados cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de vuestros pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque la promesa es para vosotros y para vuestros hijos y para todos los que están lejos, para tantos como el Señor nuestro Dios llame” No descanses en la fe de otro, debes tomar una decisión por ti mismo. Déjame preguntarte: ¿qué costó más, el campo o la perla? El costo era el mismo, para ambos costó todo lo que tenían. Y ambos estaban dispuestos a venderlo todo para obtener su tesoro. Tal como Cristo le dijo al joven rico en Lucas 18:22 le dijo: “Te falta todavía una cosa; vende todo lo que tienes y reparte entre los pobres, y tendrás tesoro en los cielos; y ven, sígueme” Él expuso los valores más profundos del hombre, sus verdaderos deseos. Pidió que renunciara a algo a lo que no estaba dispuesto a renunciar, para mostrar que sus deseos eran demasiado débiles. No deseaban la salvación lo suficiente.

Jesús también dijo en Lucas 14:26: “Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre y madre, a su mujer e hijos, a sus hermanos y hermanas, y aun hasta su propia vida, no puede ser mi discípulo.” Hacer estas cosas no te salvará, pero no estar dispuesto a hacerlas expone un corazón que no está listo para ser salvado. ¿Estarías dispuesto a deshacerte de todo lo que valoras: tu reputación, tus ingresos, tus logros, tus relaciones, tu comodidad o incluso tu propia vida, si eso significara la diferencia entre ser salvo o condenado? Dios no siempre te exige que renuncies a todo, pero puede que lo haga. Piensa seriamente en las cosas que estás dispuesto a dar por Cristo, y las cosas que no lo estás… si hay algo que no puedes dar por Cristo pídele a Dios que cambie tus deseos. Como dice el viejo refrán: «La salvación es gratis, pero puede costarte todo». Ninguno de los dos hombres de las parábolas se vio obligado a renunciar a todo. Ambos eligieron eso para sí mismos, no era una carga, fue un gozo. El gozo es el deseo básico de todos los seres humanos, todo el mundo quiere ser feliz. Sé lo que quieres: ¡quieres ser feliz! Pero tus deseos de felicidad son demasiado débiles. Están satisfechos con los sustitutos baratos y mundanos. ¡Dios nos ha diseñado para que tengamos deseos apasionados que no pueden ser satisfechos por nada ni por nadie más que por Él! ¿Estás satisfecho con el dinero, el entretenimiento, el orgullo, el trabajo y el pecado? ¿O estás satisfecho con Cristo?

Necesitas llegar al lugar en tu vida donde honestamente puedes decir que elegirías agradar a Jesús, seguirlo y adorarle, por encima de todo lo demás. En esto consiste el verdadero gozo.

Valoración: 5 estrellas
4 votos

Añadir comentario

Comentarios

Todavía no hay comentarios