
“No sean perezosos en lo que requiere diligencia. Sean fervientes en espíritu, sirviendo al Señor” Romanos 12:11 NBLA
La vida cristiana es de pasión en el corazón. Dios espera que todo lo que hagamos lo hagamos como para Él, que hagamos aquellas obras que fueron preparadas de antemano para que anduviéramos en ellas y que lo hagamos con fervor (Efesios 2:10). Hay una seria advertencia contra la liviandad y la tibieza espiritual: “‘Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! Así, puesto que eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de Mi boca” (Apocalipsis 3:15-16). El gran mandamiento es “Amarás al Señor tu Dios con TODO tu corazón y con TODA tu alma y con TODAS tus fuerzas y con TODA tu mente” (Lucas 10:27) y Dios promete ser encontrado por nosotros cuando lo busquemos con sinceridad en lugar de a medias (Jeremías 29:13-14) Una y otra vez la Biblia evidencia que la intensidad importa. El celo importa. La sinceridad importa. No te conformes con menos... Existimos para difundir la pasión por la supremacía de Dios, no puedes difundir lo que no tienes. Pídelo a Dios en oración constante y escudriña la Palabra de Dios en busca de maravillas que te hagan arder por Cristo.
En Mateo 24, mirando al final de la era, Jesús dice: “La iniquidad se multiplicará y el amor de muchos se enfriará” y sería deprimente que eso fuera todo, pero Él sigue “Pero los que perseveren hasta el fin serán salvos” así que a pesar de todo alguien va a soportar. Y aún añade “este evangelio del reino será predicado para testimonio a todas las naciones, y entonces el fin llegará.” (Mateo 24:12-14) no son las personas frías las que van a llevar ese evangelio hasta el fin de la tierra... Cristo anunció que seremos perseguidos por causa de la justicia y padeceremos mucho por causa de Su Nombre y esto no evidencia otra cosa que: no son las personas frías las que llevarán ese mensaje. Son los adoradores fervientes de Cristo quienes lograrán eso. Por lo tanto, lo que Cristo anunció es que, a medida que se acerca el fin de la era, habrá personas que se enfriarán como el hielo y habrá personas que estarán lo suficientemente calientes como para dar sus vidas por Él en muchos lugares del mundo.
Por tanto, si para ti Dios es solo un medio para tu auto-progreso y exaltación, en lugar de ver en él algo infinitamente glorioso, como un Dios consumido con la manifestación de su gloria, entonces necesitas revisar tu conversión. Cuando se trata de servir a Cristo, la desgana, la tibieza, la pereza son completamente inapropiadas. Ser salvos por Jesucristo es lo más grande del mundo. Significa tener vida eterna ¡no morirás! No serás contado con los que lloran y crujen los dientes. Nada puede separarte de Cristo, todas tus aflicciones producen un eterno peso de gloria. No apasionarse por eso es un signo grave de ceguera espiritual o de discapacidad emocional. Ya no vivas el cristianismo por mero compromiso o interés egoísta, Dios demanda mucho más… no se trata de hacer por cumplir, sino de vivir para invertir todas mis fuerzas en un solo propósito: que le conozcan a Él y que en a través de mi vivir puedan ver Su gloria y majestad. Somos cartas expedidas por Dios para quienes aún no le conocen, tu vida dice mucho… por tanto sé ferviente, no te conformes con menos.
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