Otra manera de edificar

Publicado el 13 de enero de 2024, 4:05

Aclamen con júbilo al Señor, toda la tierra. Sirvan al Señor con alegría; vengan ante Él con cánticos de júbilo. Sepan que Él, el Señor, es Dios; Él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos; pueblo Suyo somos y ovejas de Su prado. Entren por Sus puertas con acción de gracias, y a Sus atrios con alabanza. Denle gracias, bendigan Su nombre.  Porque el Señor es bueno; para siempre es Su misericordia,
y Su fidelidad por todas las generaciones
” Salmo 100

Aunque Dios ordena a los cristianos cantar, no necesita de nuestro canto para ser Dios. Él tiene un coro eterno de seres vivientes que nunca dejan de cantar Sus alabanzas (Apocalipsis 4:8). Pero, Él nos ha diseñado para experimentar gozo y ánimo cuando elevamos nuestras voces en alabanza a Él. Y aunque muchos consideran la adoración en la congregación como un asunto entre Dios y cada adorador, lo cierto es también existe una fuerte extensión horizontal. Tu prójimo necesita el canto de tu iglesia. ¿Cuál prójimo? Por lo menos los siguientes:

El que tiene dudas y que a duras penas consiguen congregarse cada semana. Ese que por causa de sus circunstancias tiene dudas sobre la bondad de Dios, sobre si Él les ama, sobre si vale la pena ir a la iglesia y para quien cantar puede ser lo último que desee… Cantar la Palabra de Dios puede fortalecerle más de lo que nos imaginamos porque mientras dirigimos nuestra adoración a Dios, al mismo tiempo nos animamos unos a otros: ¡Escucha estas alabanzas! ¡Deleita tu alma en el Señor! Consuélate en Sus promesas. Cantar la Palabra de Dios puede fortalecer a los que dudan más de lo que nos imaginamos. Tu prójimo desafinado muchos no desean levantar su voz por considerar que no cantan bien. Afortunadamente, Dios no ordena a los cristianos que canten bonito, sino que canten. El canto congregacional es participativo, no escénico; es para edificar, no para entretener. En lugar de ser espectadores, todos están llamados a participar, incluso los que no saben cantar.

Ese prójimo que está perdido Dios quiere que nuestra adoración corporativa provoque al mundo que nos observa… nuestras reuniones no solo proclaman el evangelio, también muestran un pueblo del evangelio, un anticipo de la nueva creación venidera. Y finalmente tu prójimo que sufre muchos a pesar de sus circunstancias se esfuerzan en continuar sirviendo al Señor, es posible que hayan días en que necesiten que cantemos por ellos, El canto congregacional ayuda a los santos que sufren cuando no pueden cantar.… Nos empobrecemos como iglesia cuando nos desligamos del deber de hacer bien a nuestro prójimo a través de la adoración corporativa. La exaltación y la edificación se refuerzan mutuamente. No podemos separarlas. Glorificar a Dios anima a los demás, y amar a nuestros hermanos deleita a Dios. Lo vertical y lo horizontal van juntos, cada domingo. No llegues después de la adoración como si fuese un tiempo inútil que no tiene importancia, hermano mío importa mucho Dios no necesita tu canto, pero tu prójimo sí.

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