
“Otra parte cayó en pedregales donde no tenía mucha tierra; y enseguida brotó porque no tenía profundidad de tierra; pero cuando salió el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó” Mateo 13:5-6
Los oyentes que son referenciados como terreno de pedregales, son lo opuesto a los de corazón endurecido que hemos estudiado. Un terreno como el descrito por Cristo en este segundo caso es uno que superficialmente tiene una capa delgada de tierra y bajo esa capa rocas, allí la vegetación nace vigorosa pero no puede desarrollar raíces profundas a causa de las rocas, por tanto, tan pronto el sol arrecia la poca tierra pierde humedad y aquello que germinó se seca rápidamente.
¿Qué hace que los que escuchan la palabra no tengan raíz en sí? Los oyentes del suelo rocoso parecen receptivos. Ellos muestran un gran interés. Jesús dice que “reciben la palabra con gozo” Están regocijados por ella. Pero todo ese entusiasmo se oscurece con la verdad de que no hay raíz. Ellos “creen por un tiempo”. Hay una especie de fe temporal que no es fe auténtica, precisamente porque es superficial – poco profunda, sin raíces, totalmente a merced de los elementos hostiles que probarán su viabilidad. La cuestión no es si esta fe fracasará (eso es seguro) la cuestión es cuando fracasará… por lo general sucede más temprano que tarde. Cada persona que responde positivamente a la Palabra de Dios enfrentará pruebas. La fe del nuevo discípulo será sometida a prueba bajo la amenaza de la persecución, por calamidades de la vida o por la gran dificultad de mantener la exigencia de una fe profunda y perdurable. Si es una fe superficial y sin raíces, no importa cuán entusiasta pueda haber parecido al principio, esa persona se apartará, es decir, abandonará la fe por completo.
Aquellos cuya fe es meramente temporal oyen el evangelio y responden rápida y superficialmente. Tal vez motivados por un deseo egoísta (pensando que Jesús arreglará sus problemas mundanos o hará la vida más fácil para ellos). Ellos realmente no están considerando el costo sino el beneficio. Este terreno representa el corazón que se siente atraído por los beneficios del mensaje del reino y sin demora lo recibe con gozo. Pero no cuenta el costo de seguir a Jesús: el negarse a sí mismo y tomar su cruz. Durante un tiempo, disfrutan de una cierta emoción: una sensación de alivio, regocijo, euforia o algo parecido… pareciera que hubiesen encontrado lo que andaban buscando. Esto puede proyectar de que se trata de una conversión verdadera, bien arraigada en una verdadera convicción y arrepentimiento… Jesús menciona específicamente dos cosas que causan sorpresa y tropiezo: la aflicción o la persecución por causa de la palabra. Tales personas no esperaban que el mundo los tratase como había tratado a Jesús (Juan 15:20). La sorpresa viene cuando uno no presta atención a las demandas del evangelio, o que sólo escucha la presentación de un “evangelio de ofertas” que lo promete todo y no demanda nada. Tropieza otra manera de traducir seria escandaliza… Se escandalizan al experimentar incomprensión, insultos, rechazo, daño físico o pérdida material por causa de la palabra. No importa cuánto entusiasmo muestra el oyente superficial inicialmente: si es una convicción superficial sin raíz, esa persona eventualmente caerá. Y cuando eso sucede, demuestra definitivamente que, a pesar de todo, la persona nunca creyó verdaderamente. “Salieron de nosotros, pero en realidad no eran de nosotros, porque si hubieran sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron, a fin de que se manifestara que no todos son de nosotros.” (1 Juan 2:19).
Oración: Señor Jesús tus ojos contemplaron la multitud y tu corazón se inflamó en misericordia porque conocías cuán grande era la miseria en que vivían al no tener en ti el descanso de sus almas, Señor esa multitud al igual que hoy solo pudieron ver en ti una oportunidad para tener un alivio temporal para sus vidas, estaban dispuestos a seguirte siempre que pudieran ser beneficiados y con euforia lo hicieron, pero tu propósito no era ni es ofrecer bienestar temporal, tu pagaste por algo mucho más grande. Oh Señor cuan miserables somos mientras no lo entendemos, ten misericordia y obra en nuestras vidas, remueve lo que impide que tu Palabra profundice en mi ser y haz de este tonto corazón buena tierra para tu Palabra. Amén
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